“La crisis de Covid-19 comenzó como un problema de salud, pero ha afectado drásticamente a la economía, al medio ambiente, al empleo, a los estilos de vida, la seguridad alimentaria, la tecnología digital y la seguridad de Internet, la política, la gobernanza y las políticas, las solicitudes de investigación y patentes. Casi ningún aspecto de la vida y la cultura humana se salva. En consecuencia, ilustra las enseñanzas del Papa Francisco según la cual “todo está interconectado”. Así lo ha afirmado el cardenal Peter Turkson, prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, en una reflexión publicada por La Vie con motivo del quinto aniversario de Laudato si’.
En esta encíclica de Francisco “la ecología no se refiere simplemente al medio ambiente”, sino también “a la vida humana, a la vida social y su búsqueda del bien común, e incluso a la paz mundial, como el Papa Pablo VI (Populorum Progressio), Juan Pablo II (Solicitudo Rei Socialis) y Benedicto XVI (Caritas in Veritate) lo enseñaron de varias maneras, y que el Papa Francisco ahora resume en Laudato si'”.
El vínculo entre salud, ecología, economía, derechos humanos, etc. es, de esta manera, “la persona humana”, que se convierte en el nexo que demuestra que “todo está vinculado por un objetivo común: el servicio de la persona humana”. Sin embargo, advierte Turkson, esto no nace de un pensamiento “autorreferencial”. “Hecho de materia terrenal inspirada por Dios y sostenida por sus frutos, la persona humana es el fin para lo cual todo existe y el vínculo entre todas las cosas, porque es parte de todo lo que existe, aunque es la parte superior”, explica.
Por este motivo, “todo se confía al poder humano para que pueda ser el custodio o tutor”. Es, precisamente, en el reconocimiento de este hecho “que la persona humana da sentido a su vida; y la misión de la Iglesia es recordar siempre a la persona humana este hecho y ayudarlo a reconocerlo”.