Aunque la plaza de San Pedro está abierta para permitir el acceso a la basílica con las precauciones por el coronavirus, el papa Francisco continúa dirigiendo la oración de la Regina Caeli desde la Biblioteca del Palacio Apostólico. Aunque, tras dos meses, por primera vez había un grupo de fieles en la plaza que han respondido con aplausos a la bendición del Papa. En el día de la Ascensión del Señor el pontífice ha repasado el relato bíblico que cierra el evangelio de Mateo en el que Jesús “pide a los discípulos que actúen y proclamen, confiándoles el mandato de continuar su obra”.
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La tarea del discípulo
“El contenido de la misión confiada a los Apóstoles es este: proclamar, bautizar, enseñar a caminar por el camino trazado por el Maestro, es decir, el Evangelio”, sintetiza el pontífice. Por ello, el Papa ha invitado a todos, “discípulos de hoy”, a dar testimonio, “dar cuenta de nuestra fe”. “Ante una tarea tan exigente, y pensando en nuestras debilidades, nos sentimos inadecuados, como seguramente los mismos apóstoles sintieron. Pero no debemos desanimarnos, recordando las palabras que Jesús les dirigió antes de ascender al Cielo: ‘Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo’”, añadió.
La presencia prometida por Jesús es la que “lleva a la Iglesia a caminar por la historia como la compañera de cada hombre”, ha afirmado Bergoglio. Presente por medio del Espíritu, “obra la remisión de los pecados y santifica a todos aquellos que, arrepentidos, se abren con confianza a su don”, añadió. “Jesús inaugura el estilo de su presencia en el mundo como el Resucitado: una presencia que se revela en la Palabra, en los Sacramentos, en la acción constante e interior del Espíritu Santo”, resaltó el Papa.
Por ello, para Francisco, “la fiesta de la Ascensión nos dice que Jesús, aunque ascendió al cielo para morar gloriosamente a la derecha del Padre, sigue estando siempre entre nosotros: de ahí viene nuestra fuerza, nuestra perseverancia y nuestra alegría”. Y esta experiencia “también es nuestra”, señaló. Jesús “nos pide que aprendamos a ver la realidad que nos rodea a la luz de su presencia como el Resucitado. Y entonces cada persona que encontremos también será vista, acogida y amada de manera diferente, porque Cristo eleva su dignidad y se convierte en un modelo a seguir”, concluyó.
María Auxiliadora, patrona de China
Entre los saludos, tras concluir la oración del Regina Caeli, el papa ha recordado que el 24 de mayo en China se celebran la fiesta de María Auxiliadora, imagen venerada en el santuario de Sheshan en Shanghai y patrona el país. A la Virgen le ha confiado a los fieles “para que sean fuertes en la fe y firmes en la unión fraternal, testigos alegres y promotores de la caridad y la esperanza”. “Quiero asegurarles que la Iglesia universal, de la que son parte integrante, comparte sus esperanzas y les apoya en sus pruebas”, ha señalado el pontífice dirigiéndose directamente a los católicos de China.
A la Virgen Auxiliadora ha confiado también “a todas las personas de buena voluntad que, en estos tiempos difíciles, en todas las partes del mundo trabajan con pasión y compromiso por la paz, por el diálogo entre las naciones, por el servicio a los pobres, por el cuidado de la creación y por la victoria de la humanidad sobre toda enfermedad del cuerpo, del corazón y del alma”. En esta celebración, dejando de lado los papeles, ha saludo a todos los salesianos de los que ha recordado “recuerdo con gratitud la formación espiritual que ha recibido de los hijos de Don Bosco”.
Además, recordó, se celebra la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales. El pontífice ha deseado que “este acontecimiento nos anime a contar y compartir historias constructivas que nos ayuden a comprender que todos somos parte de una historia más grande que nosotros mismos y que podemos mirar hacia el futuro con esperanza si realmente nos preocupamos por los demás como hermanos”.
En el 5º aniversario de la publicación de Laudato Si’, Francisco ha recordado que estaba prevista un visita –ahora pospuesta– a Acerra, en el sur de Italia, “para apoyar la fe de esa población y el compromiso de aquellos que están trabajando para contrarrestar el drama de la contaminación” tanto es así que se conoce como la “Tierra de los fuegos”. A sus habitantes ha enviado su afecto y bendición. El Papa ha agradecido los esfuerzos en la organización de todos los eventos de la Semana Laudato Si’ que concluye con la proclamación de un año especial para reflexionar sobre lo que se plantea en la encíclica. Ha anunciado, además, que en la web se publicará una oración especial para este año.