El papa Francisco ha aprobado hoy el decreto de beatificación para Paulina María Jaricot, iniciadora de la Obra de la Propagación de la Fe. Como ha destacado Obras Misionales Pontificias (OMP), de su legado destaca la Jornada del Domund, con la que la Iglesia sostiene sus 1.111 territorios de misión en todo el mundo.
“Paulina es un regalo para la Iglesia”, ha afirmado José María Calderón, director de OMP España. “El Papa Francisco pedía en el mensaje a las OMP del pasado jueves que la misión no buscara el autobombo, sino la discreción y el servicio: ¡parece que habla de la fundadora de la más importante Obra Misional Pontificia: Propagación de la Fe!”, explica.
“Paulina Jaricot pasó desapercibida en su tiempo, siendo la promotora más eficaz del amor a la misión y de la ayuda a los misioneros. El milagro que ahora reconoce la Iglesia va a ayudar a poner en valor esa preciosa espiritualidad que ella vivió y transmitió”, subraya Calderón.
De hecho, Jaricot fue una laica que, tras varios acontecimientos personales y escuchar una predicación en la cuaresma de 1816, sufrió una transformación interior que cambiaría su vida, decidiendo vestirse como las obreras de Lyon por solidaridad con su pobreza. Siempre movida por la inspiración de crear un sistema de ayuda “en red” que manifestara la universalidad y la comunión de la Iglesia.
Movida por el deseo de ayudar a su hermano Fileas, seminarista que se preparaba para ser misionero en China, decide dedicarse a las misiones, informando de las necesidades de los misioneros y buscando su sustento. Se empeñó en la tarea de formar grupos de diez en diez personas, que se comprometían a rezar por las misiones, y a dar un pequeño donativo. Esta iniciativa, que comenzó con mujeres obreras, pronto se fue extendiendo entre gente humilde por toda Francia. Así, en 1822 nació oficialmente la Obra de la Propagación de la Fe, que pronto llegó a otros países.
Del mismo modo, en 1826, convencida de que la oración es el principal motor de la Iglesia, Paulina utilizó el mismo criterio para iniciar y organizar el Rosario Viviente, una iniciativa que también se extendió por todo el mundo.
El milagro aprobado por el decreto del Papa Francisco tuvo lugar en 2012, en el 150 aniversario del nacimiento de Paulina. La pequeña francesa Mayline Tran, de tres años, perdió el conocimiento debido a la asfixia por un mal tránsito de alimentos. La niña estuvo hospitalizada tras la asfixia y una parada cardiovascular de 20 minutos, y los médicos la consideraban perdida, por lo que se suspendió su tratamiento.
Ante esto, la familia se negó a que se le retirara la asistencia vital artificial y rezó una novena a Paulina Jaricot. Poco después, la niña despertó, pero con daños cerebrales y pronóstico de estado vegetativo. Aún así, contra toda esperanza, se curó totalmente. La curación fue sometida a un Tribunal Eclesiástico de la Archidiócesis de Lyon, del 20 de julio de 2018 al 28 de febrero de 2019. Sus actuaciones fueron enviadas la Congregación para las Causas de los Santos. La comisión médica validó la naturaleza inexplicable de la curación.