Redescubrir el auténtico espíritu misionero y alejarse de prácticas que, bajo la apariencia de eficiencia, alejan el corazón de la misión de anunciar la Buena Nueva a todos los pueblos. Este es el núcleo para el cardenal Luis Antonio Tagle, prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, del mensaje del papa Francisco a las Obras Misionales Pontificias (OMP) que ha analizado para L’Osservatore Romano y Vatican News.
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“Es importante decir que el Papa Francisco no está en contra de la eficiencia y los métodos que pueden hacer nuestra misión fructífera y transparente”, apunta Tagle, “pero nos advierte del peligro de ‘medir’ la misión de la Iglesia usando sólo estándares y resultados predeterminados por modelos o escuelas de administración, por muy buenos y útiles que sean”. Y es que, si bien “las herramientas de eficiencia pueden ayudar, nunca deben reemplazar la misión de la Iglesia”.
“La organización eclesial más eficiente puede terminar siendo la menos misionera”, asevera. Y, una vez separados de la “raíz de la gracia”, el anuncio de la Buena Nueva, “las acciones de la Iglesia, no sólo los proyectos de las OMP, se reducen a meras funciones y esquemas precisos de acción”.
“La fe no es una carga”
“El Santo Padre anima a las OMP y a la Iglesia a devolver el significado y la realización de la misión a la ordinariedad de la vida cristiana, a hacer de la misión una parte simple y sin complicaciones de la vida cristiana en las familias, los lugares de trabajo, las escuelas, los negocios, las oficinas y las parroquias”, apunta Tagle, que considera, además, que es “un gran desafío es cómo ayudar a nuestros fieles a reconocer que la fe es un gran regalo de Dios, no una carga”.
“Si somos felices y enriquecidos por nuestra experiencia de fe, entonces compartiremos este don con otros”, de tal manera que “la misión se convierte en el compartir un regalo, más que en una obligación para cumplir”. “Caminamos juntos con nuestros hermanos y hermanas en el mismo camino llamado misión. Misión y sinodalidad se encuentran”, subraya.
Además, el purpurado advierte sobre tener “la mirada puesta en un objetivo monetario” y la tentación de confiarse a “grandes beneficiarios”. “Sugiero que dediquemos más tiempo y energía a dar a la gente la oportunidad de encontrar a Jesús y su Evangelio y ser misioneros en su vida cotidiana”, añade. “Los fieles que se convierten en misioneros comprometidos y alegres son nuestro mejor recurso, no el dinero”.