La circulación de normas y protocolos parea la celebración de los sacramentos en las distintas etapas marcadas por la evolución del coronavirus han dejado momentos muy originales. Entre lo que más ha circulado por la redes sociales, el párroco de Saint Mark de Manchester (Estados Unidos) empuñando una pistola de agua apuntando a un bebé sujetado con su madre ha despertado todo tipo de reacciones.
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No era agua bendita, solo un juego
Frente a los críticos, el sacerdote Stephen Klasek, de la diócesis de Nashville, ha aclarado en Facebook que era un momento “divertido”. En sus explicaciones, recogidas por CNA, ha aclarado que “la familia le había pedido que hiciera esta pose” tan presente en otras publicaciones virales. Por ello, el sacerdote “estuvo de acuerdo porque pensó que era divertido”. Además, ha precisado que “el agua en la pistola no es agua bendita y fue arrojada a chorros hacia el padre y no hacia el bebé para causar gracia”. “En pocas palabras, estaba hecha por diversión”, sentencia.
Las reacciones no han dejado de crecer desde que se hiciera púbica el pasado fin de semana. Según la parroquia, “ha obtenido casi un millón de visitas en Twitter, ha estado en las noticias en varios sitios web y en memes. Tenía comentarios tanto buenos como controvertidos”.