Más de 100 entidades del Tercer Sector (entre ellas, varias eclesiales, como Alboan, Cáritas Española, CONFER, Entreculturas, Escuelas Católicas, El Arca, Itaka Escolapios Euskadi, la Fundación Escuela Teresiana, Radio ECCA o la Fundación Luz Casanova) se han sumado a una iniciativa de la Campaña Mundial por la Educación en España y el Movimiento por la Educación Transformadora y la Ciudadanía Global y han hecho público un manifiesto en el que, a través de la campaña #LaMejorLección, se reclama al Gobierno que defienda “una educación equitativa, inclusiva y de calidad para todas las personas frente a la crisis del coronavirus”.
“A mediados de abril –constatan los firmantes–, más de 1.500 millones de niños, niñas y jóvenes de 188 países (más de 10 millones en España) no podían acudir a los centros educativos. Esta situación es motivo de gran preocupación para las comunidades educativas, las organizaciones de la sociedad civil y los sindicatos docentes, especialmente porque afecta en mayor medida a las familias, comunidades y países más vulnerables del mundo”.
“El cierre de los centros educativos –prosiguen– ha puesto de manifiesto de forma muy cruda la brecha de desigualdad existente en el acceso a una educación equitativa, inclusiva y de calidad, tanto en España como en el resto del mundo, y, si no se adoptan medidas valientes e innovadoras, corremos el riesgo de que esta brecha se amplíe aún más”.
Aunque se reconoce el esfuerzo con “las políticas puestas en marcha para paliar estas carencias”, se lamenta que, “para millones de niños, niñas y jóvenes de todo el mundo, la escolarización a distancia no es una opción”. Tanto por la evidente “brecha digital” (en el caso de España, se observa que el 61% de los alumnos de las familias más aventajadas tienen tres o más ordenadores en casa, el 44% de las desaventajadas tienen solo uno y el 14% ninguno) como por “otros aspectos tanto o más importantes, como pueden ser los problemas nutricionales, el riesgo de aislamiento social y la ausencia de protección frente a la violencia”.
Sin olvidar que “esta crisis está sometiendo a una enorme presión a los sistemas educativos y, especialmente, al personal docente, que está asumiendo una carga de trabajo mucho mayor para la que no siempre está preparado”.
En definitiva, desde #LaMejorLección se llama la atención de las autoridades para advertir de la necesidad de “la educación para la ciudadanía global como mecanismo para dotar a los ciudadanos y ciudadanas de las herramientas, habilidades y conocimientos necesarios para ser más conscientes de su corresponsabilidad frente a los desafíos comunes, y para difundir valores como la solidaridad y la empatía, sin los que no podríamos abordar esta y otras crisis”.
Entre las medidas concretas con las que se ha de llevar esto a la práctica, además de implementar un presupuesto acorde a este reto, se llama a “fomentar y reforzar los programas y procesos de educación para la ciudadanía global como forma de dotar a la población de herramientas, habilidades y conocimientos indispensables para dar respuesta a esta crisis”, así como a “establecer mecanismos de vigilancia ante posibles casos de discriminación relacionados con el COVID-19”. Para ello es clave “aumentar la ayuda destinada a la educación básica, el sector que ha sufrido recortes más duros (un 90%) desde la crisis de 2008”.
A nivel internacional, se reclama “cancelar de manera inmediata, sin penalización ni intereses, los pagos de la deuda externa de los países en desarrollo al menos en 2020. Así, estos países podrían disponer de más recursos para dar respuesta a los retos que plantea la crisis del COVID-19, también en el ámbito educativo”.
S no, “esta crisis pasará, pero no podemos correr el riesgo de que, cuando lo haga, los niños y niñas más vulnerables se hayan quedado fuera de los sistemas educativos o partan de una situación de desventaja. En este sentido, la Agenda 2030 sigue estando más vigente que nunca: unidos y unidas, tenemos que hacer todo lo posible para no dejar a nadie atrás”.