“Escuelas Católicas quiere reiterar en esta Asamblea la necesidad de paralizar la tramitación del Proyecto de LOMLOE, actualmente en el Congreso, mientras dure el vigente estado de alarma“. Esta es una de las principales conclusiones de la organización tras haber celebrado hoy su Asamblea. Una reunión que fue cancelada a finales de marzo por la pandemia del Covid-19 y que ha podido desarrollarse por videoconferencia.
“En el contexto presente de confinamiento y limitación de derechos”, continúa Escuelas Católicas en un comunicado, “no es posible el diálogo ordinario con los grupos parlamentarios, ni la participación de los representantes de la comunidad educativa o de expertos del ámbito educativo”. Por ello, consideran imprescindible “recuperar la normalidad parlamentaria” antes de proseguir con la tramitación de una Ley Orgánica “de esta relevancia”.
“Si los partidos políticos que sustentan el actual Gobierno de coalición consideran urgente la derogación de la LOMCE porque no fue una Ley de consenso, deberían buscar de manera responsable el mayor respaldo y consenso para la nueva Ley educativa”, aseveran.
Asimismo, Escuelas Católicas recuerda que no solo consideran que no es el momento de tramitar la LOMLOE, sino que “el actual Proyecto restringe los derechos fundamentales de los titulares de centros, padres y alumnos, relegando a la enseñanza concertada a un papel subsidiario de la pública, rompiendo el equilibrio y la complementariedad de redes establecida en la LOE de 2006”. Por ello, Escuelas Católicas matiza que “es urgente incluir a la educación dentro de los Pactos de Estado que propone el Gobierno”.
“Estamos viviendo en nuestro país y prácticamente en todo el mundo una situación muy especial como consecuencia de la pandemia COVID-19”, afirman, subrayando que, en estas circunstancias, “Escuelas Católicas renueva su compromiso por acompañar a los centros e instituciones con orientaciones para todos los asuntos que nos afectan y con todo el apoyo que sea necesario”.
“Nuestro máximo empeño se centra ahora en contribuir a recuperar la normalidad en cuanto sea posible para que nuestros alumnos, junto con sus familias y todas las personas que trabajan en nuestros centros, se encuentren de nuevo con el ambiente colegial y los medios más adecuados para su formación y crecimiento”, asegura la organización.
“Estamos convencidos de que la escuela católica tiene un papel fundamental en el contexto actual para dar respuesta a los retos educativos sin perder de vista nuestras raíces e identidad, sabiendo captar las necesidades de nuestras comunidades, escuchando a los más desfavorecidos y acompañando a las titularidades y centros”, explican. Por ello, Escuelas Católicas se muestra consciente de que debe “seguir reflexionando y aprendiendo juntos en cualquier escenario, anticipándonos a las nuevas exigencias, siendo fieles a nuestros principios y flexibles para adaptarnos”.