Cono Sur

Ministerio aprueba nuevo programa de religión para la educación básica y media en Chile





“Es una Buena Nueva en tiempos de pandemia”, afirmó Francisco Zamora, Coordinador Pastoral del Liceo Bicentenario Padre Alberto Hurtado, de Chillán, integrante del equipo consultivo de profesores de religión de Chile, una de las comisiones que prepararon los nuevos programas. Agrega que con la aprobación de este Decreto culmina “un trabajo muy largo y exigente que se realizó durante 2018 y 2019 en los encuentros en los cuales profesores y profesoras de todas las diócesis del país reflexionaron, discutieron y gestaron los nuevos Planes y Programas de Educación Religiosa Católica” para todo el país.



Para el Director del Área de Educación de la Conferencia Episcopal de Chile (CECh), Roberto Pavez Meneses, “es una propuesta interdisciplinar en unión al resto del currículum nacional que colabora en la formación integral de niñas, niños y jóvenes del país”. Pavez valora la colaboración del Capítulo Chileno de Universidades Católicas, la Comisión EREC de la CECh, los profesores delegados y muchos expertos de las diferentes diócesis que participaron del proceso.

“Es un documento que tiene la riqueza de haber sido elaborado a partir de las experiencias y vivencias de muchos profesores en los colegios”, agrega Roberto Pavez, señalando que con esto “renovamos un programa vigente desde el año 2005 y que no había tenido nuevos aportes en este tiempo, aun cuando en el país se habían dado una serie de cambios y modificaciones a la Ley General de Educación, las nuevas bases curriculares, por lo que nuestra propuesta había quedado desfasada en cuanto a los conceptos y propuestas didácticas”.

Encuentro entre Dios y la persona

Por su parte, Francisco Montero, director de la Comisión de Enseñanza Religiosa Escolar Católica (EREC), destaca “uno de los elementos centrales en este trabajo: la sinodalidad, en cuanto que se recogió el aporte de los profesores de Religión que están en aula de todo el país y el de los representantes de los Centros Formadores. Creemos que es un aporte para los profesores en cuanto que entrega nuevos enfoques de la Educación Religiosa Escolar y para los estudiantes en cuanto que la propuesta se hace más cercana porque parte del encuentro entre Dios y la persona humana en la Historia”.

La profesora de Religión Marioly Rivera, integró el equipo redactor de contenidos, señala el principal aporte del programa: “intenta responder a las distintas realidades en las cuales está inserta la clase de religión, esto también lo consigue considerando su relación con el Curriculum actual vigente, pues cada unidad apunta también a la interdisciplinaridad y como lo ha hecho desde antes, responder a los objetivos de aprendizaje transversales. Y en este tiempo de confinamiento, sin duda el programa puede enriquecer la reflexión de nuestras acciones, las del prójimo y de la nueva sociedad chilena que queremos construir”.

El profesor Zamora considera que “es ahora cuando, al igual que nos está haciendo vivir la Pandemia, debemos tomarnos tiempo para ver y releer lo nuevo que tenemos, rumiar y juzgar el cómo iremos adaptando esta renovación a nuestra realidad concreta y luego actuar. Ser protagonistas”. Este importante esfuerzo cobra especial valor en medio de los intentos crecientes por limitar, incluso suprimir, las clases de Religión en el país.

Formación integral

A mediados del año pasado, el Consejo Nacional de Educación propuso traspasar esta asignatura del Plan Común Obligatorio al Plan Electivo para los estudiantes de 3° y 4° medio. Esto provocó una fuerte reacción de las iglesias que llegó a difundir un aviso en el diario “El Mercurio”. En dicho aviso, la Conferencia Episcopal de Chile; el Comité Nacional de Educación Evangélica; el Centro Islámico de Chile; la Comunidad Judía de Chile; la Corporación de Cultura y Beneficencia Islámica; la Iglesia Adventista del Séptimo Día; la Iglesia Bautista de Chile; la Iglesia Luterana de Chile; y la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, informan que ha solicitado al Consejo Nacional de Educación reconsiderar su propuesta, lo que finalmente lograron.

Así, las Iglesias aseguran que “la clase de religión contribuye a la formación de un ciudadano democrático, responsable, ético, crítico, libre, solidario, con visión de cultura y religiosidad de la sociedad en que vive. Además, contribuye y genera las bases para el desarrollo individual del conocimiento disciplinar de cada estudiante aportando a un saber mucho más amplio y equilibrado”.

Indican, además, que dejar como electiva la clase de religión propicia “en la práctica, su eliminación del currículo, reduciendo el conocimiento disciplinar del educando, al privarlo de una formación integral y su desarrollo ético/social/cultural, que la propia Ley General de Educación declara perseguir, al consagrarlo como una finalidad de la misma”.

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