Óscar Vélez Isaza critica las medidas del Gobierno colombiano: “Nos preocupa la persistencia de mantener a los fieles lejos de los templos”

Óscar Vélez Isaza critica las medidas del Gobierno colombiano: “Nos preocupa la persistencia de

Tras el comunicado que hizo la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), el pasado 27 de mayo, sobre el estado actual de las gestiones adelantadas ante el gobierno para una eventual reapertura de los templos para las celebraciones litúrgicas, en vísperas de la celebración de la Solemnidad de Pentecostés se conoció un video-mensaje del obispo de Valledupar, Óscar Vélez Isaza, en el que expresa su preocupación frente a “la persistencia de mantener a los fieles creyentes lejos de los templos, considerándolos como sitios de alto riesgo“.



Fútbol sí, templos no

En el video que ha circulado por rede sociales, el obispo destaca que, en este momento “se ha llegado a la apertura de centros comerciales, se anuncia ya la apertura del campeonato de fútbol profesional y hasta de peluquerías y servicios estéticos, todo ello es muy válido”, pero, “se habla de todo, menos de los templos“.

Aunque los obispos de Colombia han enviado desde el 20 de abril varias solicitudes al Gobierno Nacional “pidiéndole que permita la reapertura de templos, de forma gradual, y con la debida implementación de los protocolos de bioseguridad y el distanciamiento social”, Vélez Isaza asegura que “nos hemos encontrado con oídos sordos por parte de nuestro gobernante“.

La Iglesia no desconoce los riesgos de la pandemia y, de acuerdo con el obispo de Valledupar, se han hecho “propuestas razonables, con medidas similares a las de las instituciones a las que se les ha autorizado reabrir sus puertas“. El gobierno, por su parte, hasta el pasado 26 de mayo designó una comisión para acompañar el proceso de estudio de la solicitud, no obstante que entre las medidas para mitigar la pobreza y recuperar la economía, ha venido liberando gradualmente sectores de la producción, estableciendo estrategias para salir de compras, hacer trámites de salud, servicios bancarios y uso del transporte público, entre otros.

¿Ignorancia o mala fe?

Ante esto, el obispo de Valledupar cuestiona las decisiones del Ejecutivo: “¿por qué a los demás sí y a nosotros no?“. “Pensar que es más peligroso estar en una Iglesia, con los debidos protocolos, que en una peluquería o en un medio de transporte público, esto es o ignorancia o mala fe”.

Vélez Isaza lamenta que, a diferencia de otros países, en Colombia “los servicios espirituales somos los menos importantes”. Aún más, “el Presidente no nos ha mencionado ni una sola vez, en sus múltiples alocuciones, desde que empezó esta pandemia. Pareciera que los creyentes no existiéramos en Colombia“.

El pastor arremete contra el mandatario de los colombianos al considerar que “el autoritarismo es muy peligroso como forma de gobernar“, con el agravante de que se pueda caer en una autocracia. “Una cosa es no ceder a presiones, otra cosa es no escuchar razones”, sentencia el obispo.

Reivindicación de los valores espirituales

Óscar Vélez Isaza considera que “no solo la salud y la economía son importantes”, toda vez que “hay valores espirituales que hay que conservar y cultivar para salir de esta pandemia”, amén de que “la libertad de cultos y la profesión pública de la fe es un derecho consagrado en la Constitución Nacional y no puede considerarse como una simple actividad social, a cuyo nivel quieren rebajarla muchos funcionarios públicos”.

El obispo de Valledupar es categórico en su denuncia: “pareciera que el Presidente y sus asesores pensaran que la fe es como un virus del cual hay que cuidarse“, y compara la situación de los creyentes con la de los mayores de 70 años “a los que se trata como incapaces de cuidarse y tomar decisiones responsables”.

“Somos tratados como menores de edad”

Vélez Isaza reclama que “somos tratados como menores de edad”, pues “se piensa que los pastores no podemos cuidar de nuestro rebaño, que no podemos tomar medidas, y estamos capacitados para tomar las mejores medidas para cuidarlo“.

Al final de su mensaje, el obispo invoca al Espíritu Santo, a propósito de la fiesta de Pentecostés, para que “ilumine a nuestro Presidente y toque su corazón para que podamos volver a reunirnos, como comunidad cristiana, a celebrar los sacramentos y el culto divino”.

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