Con las medidas de seguridad sanitaria que marca la desescalada, la basílica de San Juan de Ávila en Montilla (Córdoba) ha acogido la misa de clausura del Año Jubilar dedicado al patrón del clero secular español. Una celebración que ha estado presidida por el obispo local, Demetrio Fernández, que ha señalado que “su figura ha vuelto para tener el prestigio y el provecho espiritual que todos esperamos y para que se difunda por el mundo entero”.
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Un santo universal
Ante un templo al 50% de su aforo, el prelado ha señalado que “la clausura del Año Jubilar no quiere decir que se cierra ninguna puerta, menos el corazón de Dios, sino que un Año Jubilar es un año de gracia especial siempre, tanto para Montilla como para la Iglesia universal”. Y es que aunque la pandemia por el coronavirus ha obligado a cancelar algunas de las propuestas, miles de peregrinos no han dejado de ganar el jubileo y se han desarrollado algunas iniciativas en diferentes países del mundo.
“Es un santo universal y cada vez más conocido, ojala cada vez sea más leído y que sus costumbres y sus enseñanzas que ha dejado como un tesoro a la Iglesia, sean preciadas”, ha deseado. En este sentido, ha anunciado que un relicario recorrerá próximamente América del Sur, Estados Unidos, América del Norte, Filipina, Italia y muchos otros lugares.