“Crisis significa originalmente ‘ruptura’, ‘tajo’, ‘apertura’, ‘peligro’, pero también ‘oportunidad’. Cuando las raíces necesitan espacio para seguir creciendo la maceta acaba por romperse“. Con estas palabras se ha dirigido el papa Francisco a los jóvenes de Scholas Occurrentes en una jornada en las que –coincidiendo con el Día Mundial del Medio Ambiente–, la organización ha celebrado la ‘Fiesta del Sentido’ a través de una jornada virtual con la participación de jóvenes de 170 ciudades de todo el mundo.
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“Aún recuerdo el origen: dos enseñantes, dos profesores, en medio de una crisis, con un poco de locura y un poco de intuición”, ha dicho Francisco en su mensaje, haciendo referencia al inicio de Scholas. “Una cosa no planeada, vivida a medida que iba caminando”, pero que también nació en medio de una crisis. “En aquel entonces dejaba una tierra de violencia, aquella educación reunió a los jóvenes generando sentido y, por lo tanto, generando belleza”, ha apostillado.
“¡Pobre de la humanidad sin crisis! Toda perfecta, toda ordenadita, toda almidonadita”, continúa el Papa. “Sería, pensémosla, una humanidad así sería una humanidad enferma, muy enferma. Gracias a Dios que no se da. Sería una humanidad dormida”.
Educar y escuchar
“Scholas nació de una crisis, pero no alzó los puños para pelearse con la cultura, y tampoco bajó los brazos para resignarse, ni salió llorando”, ha explicado, sino que “salió a escuchar el corazón de los jóvenes, a cultivar la realidad nueva”. Y eso, para el Papa, es educar. Porque “la educación escucha, o no educa. Si no escucha, no educa. La educación crea cultura, o no educa. La educación nos enseña a celebrar, o no educa”.
“Yo vi en Scholas profesores y alumnos japoneses bailando con colombianos. ¡Es imposible! Yo lo vi. Vi a los jóvenes de Israel jugando con los de Palestina. Lo vi. A los estudiantes de Haití pensando con los de Dubái. A los niños de Mozambique pintando con los de Portugal…”, ha afirmado Francisco. “Vi, entre Oriente y Occidente, un olivo creando cultura del encuentro”.
Por eso, en esta nueva crisis que hoy enfrenta la humanidad tras la pandemia del Covid-19, “donde la cultura demostró haber perdido su vitalidad, quiero celebrar que Scholas, como una comunidad que educa, como una intuición que crece, abra las puertas de la Universidad del Sentido. Porque educar es buscar el sentido de las cosas”.
Para ello, hay que reunir “el sueño de los niños y los jóvenes con la experiencia de los adultos y los viejos”. Un encuentro que “tiene que darse siempre sino no hay humanidad, porque no hay raíces, no hay historia, no hay promesa, no hay crecimiento, no hay sueños, no hay profecía”.