Cristina Sanjuan, experta en prevención de la violencia infantil de Save the Children, se felicita por la luz verde para la Ley de Protección de la Infancia, aprobada hoy por el Gobierno tras año y medio desde que vio la luz su anteproyecto y que ahora deberá abordar su tramitación parlamentaria.
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“Desde Save the Children –asegura– valoramos positivamente las medidas incluidas en el anteproyecto de Ley de Protección Integral de la Infancia y la Adolescencia frente a la Violencia, considerando que supone un enorme avance en la protección real de niños, niñas y adolescentes frente a todas las formas de violencia”.
Enfoque integral
“Las medidas anunciadas por el Gobierno –añade–, desde un enfoque integral y en coordinación con todas las administraciones, así como la estrategia específica de violencia, el registro unificado de violencia, el deber de denuncia, la ampliación del cómputo del plazo de prescripción, la prueba preconstituida en los procedimientos, la prevención a través de la educación y los protocolos de actuación resultan fundamentales”.
Para Sanjuan, es una garantía el consenso despertado: “Es una iniciativa trabajada ya por gobiernos de distinto signo político (iniciada por el PP y retomada por el PSOE y Unidas Podemos) y con gran participación de personas expertas, organizaciones de infancia, así como de niños, niñas y adolescentes. Ahora comienza el proceso de tramitación parlamentaria y hay espacio para proponer las enmiendas que sean necesarias para mejorarla, pero es un proyecto sólido”.
Mantener el consenso
Así, “es fundamental mantener el consenso que ha acompañado a esta ley todo este tiempo para que su aprobación sea lo más pronta posible y poder poner en marcha la implementación de las medidas”.
¿Qué podemos esperar de cambie de raíz con esta nueva ley? Para la representante de Save the Children, la entidad que junto a la Universidad Pontificia Comillas más se ha volcado en la elaboración de la ley, esta “manda un mensaje a todas las víctimas actuales, a las pasadas y a las futuras: no estáis solas, vuestro sufrimiento no nos es indiferente y es nuestra responsabilidad, como sociedad, velar por vuestra protección, bienestar y seguridad. Esta ley es la oportunidad para sensibilizar y prevenir la violencia, facilitar la denuncia, romper el silencio de quienes se han llegado a sentir incluso responsables y merecedores del daño sufrido”.
Compromiso eclesial
Aunque no se cita a ninguna institución, la Iglesia, por su estrecho trabajo con tantos menores, tiene que tomar nota de las nuevas exigencias. Algo en lo que se ha hecho hincapié en los últimos años, fomentando la protección de la infancia y colaborando activamente para que este gran cambio social cuaje: “La celebración y compromisos adquiridos en la cumbre de los presidentes de las conferencias episcopales en el Vaticano, el año pasado, supuso un avance en la actitud de la Iglesia ante esta lacra. Sin embargo, no es suficiente. La Iglesia debe tomar medidas y acciones directas y contundentes, así como aplicar políticas de salvaguarda de menores en todos aquellos entornos eclesiásticos en los que haya presencia habitual de niños y niñas”.
