“Mientras haya un solo infectado de coronavirus en el mundo, ningún país estará seguro. Debemos afrontar esto juntos”. Es la advertencia que el cardenal ghanés Peter Turkson, prefecto del dicasterio para el Servicio al Desarrollo Humano Integral (DSDHI), dejó este martes en un encuentro con los medios vaticanos para reflexionar sobre cómo preparar el futuro a través de las Iglesias locales en este tiempo de pandemia. En la conferencia también participó el sacerdote español Segundo Tejado Muñoz, subsecretario del citado dicasterio de la Santa Sede, y el francoindio Aloysius John, secretario general de Caritas Internationalis.
- LEE Y DESCARGA: ‘Un plan para resucitar’, la meditación del papa Francisco para Vida Nueva (PDF)
- Regístrate en el boletín gratuito y recibe un avance de los contenidos
“Preparar el futuro para el papa Francisco supone no dejar a nadie atrás y pensar en un sistema que integra a la persona humana con su plena dignidad”, señaló el cardenal ghanés, destacando que en este período marcado por la crisis del coronavirus hay que tener en cuenta que la humanidad está más interconectada que nunca, por lo que la sociedad debe basarse en “la solidaridad” y en que “todos cuidamos de los demás”.
El prefecto del DSDHI recordó cómo algunos países parecen haber pasado ya la fase álgida de la crisis sanitaria, como ocurre en Europa, mientras en otras partes del mundo la pandemia sigue desatada. “Nueva Zelanda incluso se ha declarado libre de Covid, pero esta enfermedad no la gana una sola nación, sino todas juntas. Hace falta solidaridad para acabar con las posibilidades de contagiarse”.
Crisis social y humanitaria
Tejado Muñoz destacó por su parte la importancia de prepararse ante la “segunda parte de la crisis”, que vendrá con las consecuencias humanitarias, sociales y económicas de la pandemia, y aplaudió el trabajo que vienen realizando en estos campos las Iglesias locales, las congregaciones religiosas, las ONG católicas y Caritas.
Aloysius John aseguró que Caritas Internationalis está apoyando 20 proyectos en diversos países, como República Centroafricana, Sudán del Sur, Brasil y Perú, y que van dedicados a colectivos vulnerables, como los niños, los refugiados o los indígenas. “Ofrecemos información, comida y material sanitario para que las personas puedan protegerse de la pandemia. Esto les permite recuperar su dignidad”.