Después de que miles de personas en los Estados Unidos hayan pasado a dar el último adiós al cuerpo de George Floyd, situado en la Fountain of Praise Church (Iglesia Fuente de alabanza), Houston ha acogido el tercer y último funeral de esta víctima de la violencia policial. Esta ciudad de Texas es donde se crió. Su cuerpo ha sido enterrado junto al de su madre en el Houston Memorial Garden, en el barrio texano de Pearland.
Tras las vigilias que llenaron todo el país la noche de lunes, la celebración de este martes ha sido más íntima ya que el funeral ha sido privado. El mismo templo en el que se han reunido un grupo de familiares, amigos y líderes comunitarios para dar el último adiós al afroamericano muerto en Mineápolis a manos de la policía es donde estaba instalado su velatorio.
Durante las exequias, el reverendo Al Sharpton, lanzó un recado al presidente Donald Trump por su posicionamiento ante las protestas que recorren, no solo Estados Unidos, sino todo el planeta: “Se utilizan balas de goma y gas lacrimógeno para desalojar a los manifestantes pacíficos y luego se toma una Biblia y se camina frente a una iglesia y se la usa como apoyo. Maldad en las altas esferas”. “Dios tomó la piedra que desecharon y la convirtió en la piedra angular de un movimiento que va a cambiar el mundo entero”, agregó.
Esta celebración se produce después de funeral que tuvo lugar el jueves pasado en Mineápolis. La familia ha seleccionado a unas 500 personas ya que es el aforo permitido –una cuarta parte del templo– por las medidas sanitarias del coronavirus. A su llegada al templo, miembros del Departamento de Policía de Houston han formado un pasillo y han rendido honores a Floyd mientras entraba el ataúd en el templo.