“Para las personas que viven en la calle, el mejor anticuerpo contra el Covid-19 es la solidaridad, pues la petición del gobierno de ‘¡Quédate en casa!’ no aplica con ellos, simple y sencillamente porque no tienen casa”.
César Cárdenas, secretario para la Comunidad de Sant’Egidio México, una de las organizaciones laicales más importantes en cuanto a la atención de grupos vulnerables, asegura que, en este momento, el cuidado hacia estas personas debe considerarse como “una emergencia dentro de la emergencia sanitaria”.
Ante la pregunta: ¿cómo ayudar a las personas en situación de calle cuando lo que se pide es evitar salir de casa?
Sant’Egidio lleva ya un camino recorrido en este sentido, pues desde el inicio de la emergencia sus voluntarios han realizado rondines en los puntos donde estas personas se reúnen, a fin de brindarles información sobre la pandemia, artículos de higiene personal y, sobre todo, comida.
La organización tiene ubicadas a unas 420 personas en situación de calle, tanto en el centro de Puebla como en la Ciudad de México; en esta última, unas 200 se encuentran en la Zona Rosa, 60 en San Rafael, y 40 más en Barranca del Muerto y Taxqueña.
A estas personas en situación de calle –explica– se suman ahora muchas personas desempleadas, que salen en busca de un plato de comida, de tal forma que el movimiento ahora se ve obligado a preparar más alimento”.
En lo que va de marzo al día de hoy, Sant’Egidio ha pasado de atender, de 420 personas en situación de calle, a un promedio de 1,300 personas. Tan sólo en Zona Rosa se reparten 500 comidas, dos veces por semana. “Prácticamente todos los días, en Puebla y Ciudad de México, hay un grupo de Sant’Egidio llevando comida a la gente”, dice.
César Cárdenas destaca la importancia de darles lo mejor, y por ello, la comida que se les brinda está hecha en casa, pues varias familias se han unido para preparar los alimentos.
“Para la obra de Dios, ninguna mano sobra, y esto lo han entendido muchas familias que saben que no pueden salir de casa, pero esto que no es impedimento para ayudar, por lo que preparan comida, y los voluntarios de Sant’Egidio pasan a recogerla a las casas”.
Detalla: “Lo que se les ofrece es un plato que contiene proteína (pollo, carne o huevo), carbohidratos (galletas saladas o dulces), vitaminas (fruta de temporada para ayudar a fortalecer el sistema inmunológico), y mucha agua”.
Las personas que desean comer hacen una fila, guardando la “sana distancia”, y se les toma la temperatura, se les sanitiza, se les da una botella de gel antibacterial y cubrebocas, en caso de que se tengan.
César Cárdenas señala que algo muy triste es ver que muchas personas tienen la temperatura baja, porque es signo de que no han comido. “Mucha gente, la única comida que toma en el día es la que nosotros les damos”.
“Muchos no quieren creer lo que está pasando, pero nosotros tratamos de hacerlos conscientes de que si están enfermos y no guardan su distancia y se sanitizan, pueden contagiar a la gente de Sant’Egidio, y entonces no habrá quien les lleve comida”.
Esta es la manera en que los voluntarios de la organización han logrado organizar a la gente para ofrecerles el alimento. “Y ellos lo entienden y lo agradecen. Ninguno pone resistencia para tomarse la temperatura. Ellos se dan cuenta que nos preocupamos por ellos y por eso cooperan; eso es lo importante”.
Sant’Egidio cuenta además con tres doctores voluntarios que revisan a las personas antes de recibir los alimentos, y otros cuatro que ayudan de manera remota a través de un celular para orientar a las personas que tienen algún síntoma. “Afortunadamente no hemos tenido ningún inconveniente, pues es importante decir que las personas que viven en la calle tienen un sistema inmunológico mucho más fuerte”.
Cárdenas explica que la atención médica en línea tiene una doble finalidad: que verdaderamente reciban atención si están enfermos, pues “debido a su condición en los hospitales no se les atiende”; y por otro lado, que las personas, en caso de que estén contagiadas, no anden por la calle esparciendo el virus.
“Nos queda claro que solos no nos salvamos; si nos vemos como una familia universal, debemos preguntarnos: ‘¿quién es mi hermano?’, ‘¿quién es mi prójimo?’ Dios nos hace hoy la misma pregunta que le hizo a Caín: ‘¿dónde está tu hermano?’, pero nos dice: ‘¿dónde está tu hermano el pobre?’, ‘¿dónde está tu hermano el necesitado?’, ‘¿dónde está tu hermano que vive en la calle?”, reflexiona Cárdenas.
Esto es algo en lo que ha insistido Sant’Egidio a lo largo de su historia, pero esta pandemia –dice– es una oportunidad para recordarlo: “si no cuidamos de nuestros hermanos más frágiles, toda la humanidad está en riesgo”.
Para Cárdenas, lo que más le preocupa, más allá del coronavirus, es que las personas sigan indiferentes. “Hoy Jesús nos empuja a buscar una nueva humanidad; eso es algo que deberíamos cuestionarnos, pero parece que no lo estamos haciendo, pues a pesar de estar confinados, no queremos cambiar. Como sociedad hemos aprendido muy poco de lo que está pasando. Estamos desaprovechando la oportunidad de cuidarnos los unos a los otros”.
Las personas que deseen ayudar lo pueden hacer en cuatro aspectos. Explica: como voluntarios, repartiendo comidas; donando despensa o artículos de higiene personal, en la calle Jalapa #18, colonia Roma Norte, los lunes y miércoles, de 18:00 a 19:30 horas; donando a una cuenta bancaria o preparando comida desde casa. “Si no pueden poner la materia prima, nosotros se las hacemos llegar para que puedan preparar los alimentos”.
Informes: info@santegidio.org.mx. Para donaciones: Sant’Egidio A.C. BanBajio. Clabe: 0301 8090 0000 257 814