El Vaticano reclama una vacuna universal contra el Covid-19: “Dios no conoce color de piel ni cuentas bancarias”

El Vaticano ha reclamado hoy una vacuna universal contra el Covid-19. “No puede haber una zona privilegiada y otra que sufra por ser pobre”, ha dicho el presidente del Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización, Rino Fisichella, en la rueda de prensa de presentación del Mensaje del papa Francisco para la IV Jornada Mundial de los Pobres, que se celebrará el próximo 15 de noviembre.

• LEE Y DESCARGA: ‘Un plan para resucitar’, la meditación del papa Francisco para Vida Nueva (PDF)
• Regístrate en el boletín gratuito y recibe un avance de los contenidos

“La ciencia necesita reglas o principios éticos a los que atenerse”, ha indicado el arzobispo italiano, según recoge Europa Press. Asimismo, ha indicado que solicita un principio ético para que la ciencia no dé “respuestas” movida solo por “intereses parciales”. Además, ha señalado que cuando los laboratorios identificaron terapias y curas válidas para el virus del sida “fueron vendidas a precios imposibles en África”, que es una de las zonas más pobres del planeta.

Fisichella ha concluido su explicación, tras ser preguntado por los periodistas por la necesaria vacuna, recalcando que Dios “no conoce color de piel y no conoce la cuenta bancaria”.

“La misericordia no se improvisa”

En su mensaje, alabado por Fisichella, el Papa ha afirmado que “la misericordia no se improvisa”. Su misiva, titulada ‘Tiende tu mano al pobre (cf. Si 7,32)’, es un grito de amor por los pobres, una de las “obsesiones” de su pontificado. “La finalidad de cada una de nuestras acciones no puede ser otro que el amor”, clama Jorge Mario Bergoglio tras cargar contra el “puritanismo hipócrita”.

El Papa recuerda a todos los cristianos que “el grito silencioso de tantos pobres debe encontrar al pueblo de Dios en primera línea para darles voz y defenderlos”. Asimismo, en su carta –fechada en la memoria litúrgica de san Antonio de Padua– invita a superar las barreras de la indiferencia a la vez que reconoce que “las graves crisis económicas, financieras y políticas no cesarán mientras permitamos que la responsabilidad que cada uno debe sentir hacia al prójimo permanezca aletargada”.