“El mensaje es claro. Estamos uniendo nuestras voces con las voces de muchos otros para hablar sobre las personas marginadas en nuestra comunidad y nación. Pedimos justicia para aquellos que están oprimidos, porque eso es lo que Jesús nos llamó a hacer”. Así explicaba a la Agencia Sir el motivo de la marcha pacífica organizada por el asesinato del afroamericano Rayshard Brooks uno de sus organizadores, el sacerdote católico Victor Galier, párroco de San Antonio de Padua, al oeste de Atlanta.
Se manifiestan contra otra muerte violenta de un afroamericano a manos de la policía en menos de un mes, cuando la herida por el asesinato de George Floyd aun sigue abierta. Y su recuerdo también. Esta vez, la ciudad de Atlanta era testigo de como la policía abatía a tiros a Brooks, quien se había quedado dormido en su automóvil y, tras una confrontación con los agentes, intentó fugarse.
“Estamos comprometidos a proclamar el evangelio y estamos comprometidos a ser activamente antirracistas en nuestras palabras y acciones. Durante estos días difíciles sin justicia, debemos alzar nuestras voces y trabajar por la transformación de nuestra nación”, subrayó el párroco, insistiendo, además, en la necesidad de una reforma del uso de la fuerza por parte de la policía.
“Los manifestantes, activistas, políticos, jóvenes, líderes religiosos, empresariales y comunitarios deben unirse para lograr cambios estructurales. Debemos allanar el camino para reinventar la seguridad pública“, añadió el párroco, a cuya voz se unió la del arzobispo de Atlanta, Gregory Hartmayer, quien señaló que esta marcha “es solo el comienzo”.