El confinamiento y el quedarse en casa mientras se mantengan las precauciones sanitarias necesarias frente al coronavirus no es una opción para las personas sin hogar. Así lo ha experimentado la Diócesis de Mallorca que ha tenido que acoger durante la emergencia a personas en el hipódromo y en varios polideportivos acondicionados como albergues. Ahora un total de 15 personas sin techo están en el espacio Casa Vida de la Parroquia del Molinar, tras un convenio entre la Fundación Social La Sapiencia y el Consell de Mallorca.
El obispo de Mallorca, Sebastià Taltavull, ha visitado este lunes las instalaciones acompañado por el párroco, Eugeni Garcia. Ha conocido de primera mano el proyecto de acogida y de apoyo a la integración social. Otro de los inmuebles, que el obispo visitó el viernes, es el de Son Ribes, también de la Fundación Social La Sapiencia donde se han reubicado parte de las personas sin hogar que pasaron el confinamiento en el hipódromo. En este edificio se acogen a 19 de las 50 personas sin hogar que permanecieron en las instalaciones del Consell, mientras que las otras se han reubicado en otros dos centros, que gestiona también La Sapiencia en Ruberts (12 usuarios) y es Molinar (15 usuarios). Próximamente se habilitarán dos espacios más en Muro y Binissalem, según informa Cope Mallorca.
Para Sebastià Taltavull la puesta en marcha de este acuerdo es un muestra de la colaboración “entre las administraciones públicas y la iglesia, como esta que mantenemos desde el Obispado con el IMAS” (entidad pública). En obispo ha reclamado que hay que “tener un techo para recuperar la dignidad”.