“A todos nos invade un profundo dolor y tristeza por los sufrimientos tan grandes que han experimentado las víctimas y sus familias, agravados porque muchas de ellas no han sido siquiera acompañadas en su tránsito”. Con estas palabras, el cardenal Antonio Cañizares se sumaba al duelo vivido a causa de la pandemia del coronavirus con una misa funeral en la parroquia valenciana de San Martín.
Consciente del baile de cifras gubernamentales, el arzobispo de Valencia apuntó que es el momento de reivindicar la memoria por “los muchos, no sabemos cuántos, pero miles de fallecidos” a causa de la Covid-19.
“No olvidamos a ninguno, y menos Dios”, expresó el purpurado en una homilía en la que de forma reiterada quiso mostrar su calor a los familiares y amigos: “A todas las familias de los fallecidos les decimos que les queremos y que, como dice el Salmo, ‘el auxilio nos viene del Señor”.
Ante la dificultad de ofrecer consuelo y explicación racional a lo ocurrido, Cañizares instó a los presentes a “mirar a la Cruz”: “Con esta Cruz de Jesús, el Señor cargó los sufrimientos de toda la humanidad y en la Cruz nos está diciendo Dios cuánto nos ama”. Desde ahí, planteó que “el amor de Dios es más fuerte que la muerte, su Cruz es vida y victoria ante la muerte, y la muerte no tiene la última palabra”.
En esta misa funeral, el cardenal estuvo acompañado en el altar por los obispos auxiliares de Valencia, Esteban Escudero y Javier Salinas, así como por una veintena de sacerdotes. Especialmente emotivo fue el momento de la consagración han sonado las campanas de la iglesia.