Para la Red eclesial Latinoamericana y Caribeña de migración, desplazamiento, refugio y trata de personas CLAMOR no hay mucho que celebrar este 20 de junio cuando se conmemora el Día Mundial del Refugiado. Con cifras en mano de la situación de refugiados, desplazados y migrantes de América Latina y el Caribe denunciaron, en un comunicado, la preocupante vulneración de derechos que viven miles de personas en el continente, en especial haitianos, venezolanos, salvadoreños y hondureños.
De acuerdo con datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) el año 2019 “se consagró como el más mortal para los migrantes y refugiados en América Latina” , donde el Caribe resultó ser la zona con mayor número de víctimas, en la que falleció un gran número de venezolanos intentando “llegar a las islas de esa región”.
El ente eclesial ha advertido que frente a esta grave situación (acentuada por el coronavirus) “muchos de los tratados y convenciones que protegen los derechos de las personas solicitantes de refugio se han quedado en letra muerta. La mayoría de los Estados en América Latina están asumiendo políticas de ‘seguridad nacional’ que impiden la entrada de migrantes, desplazados y personas con necesidades de protección”.
Además lamentan que “se erigen muros donde hay necesidad de construir puentes”, por lo cual quienes “logran entrar, son sometidos a largos procesos burocráticos, que terminan en muy pocas solicitudes de refugio concedidas. Se llega incluso a repatriar a personas cuyas vidas corren peligro en los lugares de origen”.
De este modo han pedido a los gobiernos latinoamericanos “la debida diligencia en no vulnerar por acción u omisión el ejercicio de los derechos humanos”, porque “las personas con necesidades de protección internacional, son altamente vulnerables a ser víctimas de trabajos forzosos, explotación, nuevas formas de esclavitud, trata y tráfico de seres humanos. Particularmente vulnerables son las mujeres, los niños, niñas y adolescentes”.
A propósito de la 106° Jornada Mundial del Migrante que para este año 2020 fue bajo el tema “Como Jesucristo, Obligados a Huir”, las organizaciones de CLAMOR han recordado que “la Iglesia como Madre y Maestra nos ha hecho la invitación de acoger a Cristo en los refugiados y en los desplazados forzados”.
“Estamos llamados a reconocer en sus rostros el de Cristo, hambriento, sediento, desnudo, enfermo, forastero y encarcelado, que nos interpela. Si los reconocemos, seremos nosotros quienes les agradeceremos el haberlos conocido, amado y servido”, acotaron.
De momento –frente al actual contexto de pandemia– han solicitado a los Estados que otorguen el reconocimiento de refugio a las personas migrantes y desplazadas forzadas a causa de diversos tipos de violencia generalizada como respetar “los elementos contenidos en la Convención de 1951 y el Protocolo de 1967”.
Desde CLAMOR “reconocemos que varios países han hecho esfuerzos significativos en dar una respuesta a la emergencia humanitaria”, pero “se evidencia que gran parte de las medidas tomadas por los Estados, se han tornado restrictivas y no garantizan la protección de los Derechos Humanos”.
“Si bien es cierto que la crisis humanitaria actual ha sido llevada al extremo por la pandemia del COVID-19, se trata de una crisis preexistente a causa de las profundas brechas de desigualdad e inequidad en los países de la región”, han asegurado.
Foto: El Heraldo