La bola de nieve sobre los rumores de que Benedicto XVI se quedara a vivir en su país natal ha ido creciendo entre los medios sensacionalistas alemanes desde que el pasado 18 de junio viajó para visitar a su hermano Georg, de 96 años, gravemente enfermo. Finalmente las teorías de que podrían crearse un Vaticano paralelo en torno al seminario de Ratisbona —donde se ha hospedado estos días el papa emérito— se han desvanecido al confirmar el portavoz de la diócesis, Clemens Neck, a la agencia de prensa católica alemana KNA, que Benedicto XVI regresará a Roma este lunes 22 de junio.



Al igual que ocurrió en el viaje de ida, el pontífice retornará en un vuelo privado que partirá desde el aeropuerto de Múnich, concluyendo de esta la visita a su hermano. Hasta entonces la única referencia oficial había sido la declaración del director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni, quien había informado que Benedicto XVI se quedaría en Ratisbona “tanto tiempo como sea necesario”.

Intenso programa

Aunque la visita es de corte estrictamente familiar y privado, han trascendido algunos de los encuentros y actividades que ha desarrollado el papa emérito. Este domingo, Benedicto XVI pudo celebrar la misa en la habitación de su hermano. Fuentes diocesanas han señalado que “el encuentro de los hermanos en una fuente de fortaleza para ambos”. Mientras Georg reside en su casa, Josef Ratzinger reside en las mismas habitaciones que ha empleado durante sus visitas como papas y donde se ha alojado, en alguna ocasión, el cardenal Gerhard Ludwig Müller.

Además, el pasado sábado, 20 de junio, tuvo un momento de oración en “en el cementerio de Ziegetsdorf, en la tumba donde reposan sus padres y su hermana mayor [Maria], un momento de oración que concluyó con la aspersión de agua bendita”, según los medios vaticanos. A este mismo lugar acudió durante la visita papal que realizó en 2006. Los hermanos celebraron la misa y con motivo de la fiesta del Sagrado Corazón, en la mesa del papa emérito no faltó la tarta de manzana propia de Baviera.

También visitó, en la localidad de Pentling, a las afueras de Ratisbona, la casa en la que residió como profesor universitario entre 1969 y 1977, antes de ser nombrado obispo. El edificio acoge actualmente el Instituto Benedicto XVI. El pontífice permaneció allí alrededor de 45 minutos. Además de estas visitas, acudieron a saludar al papa emérito a Ratisbona el nuncio en Alemania, Nikola Eterovic, quien durante parte del pontificado de Benedicto XVI fue Secretario General del Sínodo de Obispos. El nuncio señaló que el papa emérito “se encontraba bien en Ratisbona” y agradeció a la población “su respeto y amistad” ante esta visita privada.

Por la noche, el papa emérito pudo rezar ante las reliquias de san Wolfgango de Ratisbona, patrono de la diócesis en la catedral de la ciudad, para lo que se procedió al cierre del templo a los visitantes. El obispo local, Rudolf Voderholzer, hará esta tarde, a las 14:00 h. un balance de esta visita ante la prensa.

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Alicia Ruiz López de Soria, ODN







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