“Sois héroes porque no os escondisteis debajo de la cama y fuisteis a luchar”. Son las palabras de reconocimiento que el papa Francisco dedicó a los sanitarios en la conversación telefónica que mantuvo ayer con Irene M., una joven enfermera que trabaja en el departamento de prevención de enfermedades de la organización que gestiona el sistema público de salud en la provincia de Pesaro y Urbino. Esta zona es la más castigada del centro de Italia por la pandemia del coronavirus, que deja ya más de 183.400 contagiados y 34.600 muertos en el país.
Hace unas semanas, Irene envió una carta al Papa pidiéndole que rezara una oración por una pareja de treinteañeros enfermos de Covid-19 que debían casarse este mes de julio, pero cuyo enlace tuvo que retrasarse después de que empeoraran las condiciones de salud del futuro marido, que fue entubado a finales del pasado mes de abril.
Abeja obrera
“En mi trabajo me ocupo de investigación epidemiológica y había recibido un correo electrónico de esta pareja a la que no conocía, pero que he sentido cercana”, contó Irene en el diario italiano Avvenire. Explicó que había implicado en sus oraciones a varios sacerdotes de Pesaro para que también pidieran la sanación de los dos jóvenes enfermos. El hombre ya está mejor, aunque todavía sigue hospitalizado.
Después de pedirle al médico Paolo Marchionni, de la asociación ‘Scienza&Vita’, que le ayudara a hacerle llegar una carta para Francisco hasta la Casa Santa Marta, la residencia vaticana donde vive el Pontífice, este telefoneó a Irene y ella le dijo que “todos los sanitarios somos héroes, aunque yo solo me siento una pequeña abeja obrera. Por eso me permití pedirle que rezara para que no haya una segunda oleada del coronavirus”. El alcalde de Pesaro, Matteo Ricci, informó también de la llamada del Papa, que se comprometió a telefonear a la pareja enferma
