Orbitando en torno al sol está el asteroide “119248 Corbally”. Un elemento espacial que lleva el nombre del jesuita británico Christopher Corbally, trabajador del Observatorio Vaticano. Dicho nombre ha sido asignado por la Unión Astronómica Internacional quien en su boletín del Centro de Planetas Menores asignó este nombre a un asteroide descubierto en 2001.
Es curioso porque el astrónomo de 74 años se dedica más bien a la investigación de las estrellas y no de los asteroides, campo de investigación de otros de los jesuitas que forman parte de la institución astronómica patrocinada por la Santa Sede. “Esto ha sido una auténtica sorpresa para mí. Por eso es particularmente hermoso”, ha señalado en unas declaraciones recogidas es Katholisch.de. Un reconocimiento, señala la institución, a “su larga carrera en astronomía con contribuciones en sistemas estelares múltiples, clasificación espectral de estrellas, estructura galáctica, formación de estrellas y tecnología de telescopios”.
El asteroide 119248 Corbally pertenece al cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter y tarda 4 años en orbitar el Sol. Tiene un diámetro de aproximadamente un kilómetro y medio. El derecho a proponer un nombre se le otorga al descubridor del asteroide, entre otros. No es este el caso. Tampoco se sabe quién sugirió a Corbally como el patrocinador del nuevo elemento espacial.
Este no es el único jesuita que orbita por el espacio. El astrónomo es ya el undécimo jesuita que da nombre a un asteroide. Junto a él están el fundador de la orden, Ignacio de Loyola; los investigadores Guy Consolmagno, director del observatorio; Richard Boyle, Jean Baptiste Kikwaya y Robert Macke.
Además, otros planetas menores llevan el nombre del antiguo director del observatorio, George Coyne, fallecido en febrero; Christophorus Clavius, Rugjer Josip Bošković, Maximilian Hell y Angelo Secchi, que hicieron importantes contribuciones a las matemáticas y la astronomía en su época.