De la emergencia educativa a la educación en emergencia. Esta ha sido la principal apuesta de la Federación Internacional de Fe y Alegría ante la pandemia del Covid-19 en América Latina y su impacto en sus instituciones educativas.
“Hemos visto como uno a uno, los gobiernos de los países donde Fe y Alegría hace vida fueron cerrando las escuelas por medidas sanitarias, menos Nicaragua”, comenta Gerardo Lombardi, coordinador de comunicación, acción pública e incidencia. Evidentemente, en el ámbito educativo el coronavirus “tomó por sorpresa a los gobiernos“.
Las respuestas han sido variadas y extremas: “unos obviaron casi por completo la complejidad de la situación, otros han respondido de forma más sistémica desde los ministerios de educación con programas de educación a distancia, y otros con respuestas más tímidas”, comenta Lombardi.
Por su parte, el movimiento de educación popular busca garantizar la educación de calidad multimodal, mediante “respuestas de educación a distancia donde hay conectividad, educación por radio y reparto de guías físicas para el autoaprendizaje“. En este sentido Fe y Alegría se ha adaptado a las circunstancias con creatividad, considerando las posibilidades de las instituciones y, sobre todo, de los estudiantes.
Ante la emergencia sanitaria y humanitaria la red jesuita también ha entregado kits de salud y ha llevado comida a las escuelas, sin dejar de encarar “la tendencia a recortar presupuesto a la educación frente a la crisis de recesión económica”.
“En este contexto, nuestra opción de desarrollar programas de educación popular de calidad se ha visto movida a buscar nuevas formas, y otras no tan nuevas, de educación a distancia transitando por metodologías ya probadas como la teleeducación”, comenta Lombardi, quien también sostiene que “hemos vivido el resurgimiento de la educación por radio que hacemos desde hace más de 45 años para contextos de poca conectividad y falta de equipos tecnológicos en las casas”.
Modificar metodologías pedagógicas, tiempos, contenidos y desarrollar competencias para estos tiempos excepcionales, ha sido una de las claves de Fe y Alegría, lo mismo que el acompañamiento psicológico, afectivo, espiritual y pedagógico. “Cuidamos sobremanera la atención a las personas que somos y hacemos Fe y Alegría, cuidamos a las personas cuidadoras“, detalla Lombardi, en consecuencia con la consigna de “transformar personas para cambiar el mundo”.
Por lo pronto, el impacto del coronavirus en la educación popular ya deja varias lecciones. Para Gerardo Lombardi “es necesaria la escuela como espacio de socialización, se necesitan más escuelas pero mejor conectadas y dotadas, con propuestas pedagógicas mixtas y adaptadas a la realidad”.
Por otra parte, la pandemia ha llevado a “revalorizar la función docente”. “Un maestro o una maestra es más importante que una estrella del fútbol, una escuela es más importante que un mall [centro comercial], y un programa educativo es más importante que una estrategia de marketing comercial”, concluye el directivo de Fe y Alegría.
Foto: Fe y Alegría.