“Es la simplicidad máxima. El sacerdote frente a un hermano fallecido”, relató Pablo García-Huidobro, uno de los 31 curas que integran el equipo disponible para acudir a visitar enfermos de Covid-19 en todos los hospitales y clínicas de Santiago.
Entrevistado por El Mercurio agregó que “estos enfermos no reciben visitas; mueren en soledad y abandono” por lo que estos sacerdotes son también quienes informan a parientes sobre el enfermo que han visitado.
Este grupo está siendo coordinado por Andrés Moro, vicario para la Educación del Arzobispado de Santiago y encargado de pastoral sanitaria. Aunque él mismo no puede continuar su labor en el Hospital San José por ser diabético y tener más de 50 años, la sigue realizando a través de este grupo de sacerdotes. “Estoy como entrenador de fútbol, manejando todo desde la banca”, dijo a El Mercurio.
Moro egresó de Licenciatura en Historia en la Pontificia Universidad Católica de Chile, donde más tarde terminó Teología. Con 28 años de sacerdote tiene una marcada vocación social que lo tuvo como Vicario de Pastoral Social y que, en 1996, lo llevó a crear la Fundación “Puente” que otorga becas a estudiantes universitarios con dificultades económicas, para ayudar a que puedan terminar sus estudios. Han apoyado 460 jóvenes que obtuvieron su título profesional.
Para conocer esta experiencia de atención a enfermos, respondió así a Vida Nueva:
PREGUNTA.- ¿En qué consiste el servicio que están dando a enfermos?
RESPUESTA.- Desde fines de marzo, cuando se iniciaron las primeras cuarentenas se decidió que la pastoral hospitalaria del arzobispado, parte de la Vicaria Pastoral Social Cáritas, debía integrar un servicio centralizado de peticiones de unciones para enfermos y adultos mayores con Covid-19 o con otras enfermedades que podían ser de gravedad. Este servicio debían darlo sacerdotes que hubiesen aprobado el protocolo clínico sanitario que decretó el ministerio de Salud para atender a pacientes con Covid-19. Este servicio sacramental se ofrece a todos los centros hospitalarios de la ciudad.
En Chile, la atención espiritual es uno de los derechos del paciente. Se reciben las peticiones a través del Fono Escucha “Estamos contigo”, fono de acompañamiento espiritual, sacramental y social del arzobispado que coordina la Delegación Episcopal para la Familia. Esas peticiones se transmiten al sacerdote más próximo al lugar donde está el enfermo para que ejecute la visita.
P.- ¿Cómo se gestó esa iniciativa?
R.- Se pidió a la pastoral hospitalaria de la Red Christus UC que diera la capacitación y a los vicarios zonales que solicitaran sacerdotes disponibles para hacer este servicio. Se pidió a un sacerdote, que conocía con anterioridad a la pastoral hospitalaria y a la mayoría de los sacerdotes de la arquidiócesis, que coordinara a este grupo sacerdotal.
P.- ¿Cuántos sacerdotes participan y en cuántos hospitales?
R.- Son 31 sacerdotes repartidos por siete zonas territoriales en que la arquidiócesis de Santiago se divide pastoralmente. Atienden a todos los hospitales y clínicas de la ciudad, privadas y estatales.
P.- ¿Cómo se administra la unción de los enfermos?
R.- Se sigue el rito presente en el ritual de la unción, pero adecuado a un ambiente sanitario que exige todos los protocolos de salud para evitar contagios por Covid-19. Naturalmente, se hace la fórmula más breve para ocupar bien el tiempo que siempre es muy breve por la realidad tan fuerte de la pandemia.
La posibilidad de que la demanda aumente les ha llevado a preparar una “segunda línea” de sacerdotes jóvenes dispuestos para complementar lo que se está realizando hasta ahora.