Vaticano

Francisco pide orar por la situación de Siria y Yemen en el Ángelus, “especialmente por los niños que sufren la crisis humanitaria”





Tras el rezo del Ángelus de hoy, 28 de junio, el papa Francisco ha centrado su atención en la situación Siria. Concretamente, ha recordado que el próximo martes 30 de junio, se celebrará la cuarta Conferencia de la Unión Europea y las Naciones Unidas para “apoyar el futuro de Siria y la región”. “Oramos por esta importante reunión, para que pueda mejorar la dramática situación del pueblo sirio y los pueblos vecinos, especialmente Líbano, en el contexto de graves crisis sociopolíticas y económicas que la pandemia ha hecho aún más difícil”, ha dicho el Papa.



“Piensen que hay niños que tienen hambre, que no tienen que comer”, ha señalado. Así, ha invitado además a los presentes a orar “por la gente de Yemen, especialmente por los niños que sufren la grave crisis humanitaria”, así como por “los afectados por las graves inundaciones en el oeste de Ucrania”, para que puedan experimentar el consuelo del Señor y la ayuda de sus hermanos”.

Dejarlo todo por seguir a Jesús

“En este domingo, el Evangelio invita a vivir nuestra adhesión al Señor plenamente y sin dudarlo”, ha subrayado Francisco. Y es que, en el texto de Mateo “Jesús les pide a sus discípulos que se tomen en serio las necesidades del Evangelio, incluso cuando esto requiere sacrificio y esfuerzo”.

“La primera solicitud exigente que hace a quienes lo siguen es colocar el amor hacia él por encima del afecto familiar”, ha apuntado el Papa, “no porque tenga la intención de subestimar el amor por los padres y los hijos, pero sabe que los lazos de parentesco, si se colocan primero, pueden desviarse del verdadero bien. Todos podríamos traer muchos ejemplos a este respecto”. Sin embargo, “cuando el amor por los padres y los hijos es animado y purificado por el amor del Señor, se vuelve completamente fructífero y produce frutos de bien en la familia misma y mucho más allá”.

Asimismo, Jesús les dice a sus discípulos “el que no toma su cruz y me sigue, no es digno de mí”, y esto quiere decir que hay que “seguirlo por el camino que él mismo ha seguido, sin buscar atajos”. “No hay amor verdadero sin una cruz, es decir, sin un precio a pagar en persona”, ha aseverado.

“Al hacerlo, podemos experimentar la generosidad y la gratitud de Dios”, ha añadido el Papa. “La generosa gratitud de Dios Padre tiene en cuenta incluso el más mínimo gesto de amor y servicio prestado a los hermanos”, y es que la gratitud, como tal, “es un signo simple pero genuino del reino de Dios, que es un reino de amor gratuito y agradecido”.

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