Tener puentes era esto. El obispo de Mallorca, Sebastià Taltavull, se reunió ayer por la tarde con la concejala de Justicia Social del Ayuntamiento de Palma, Sonia Vivas, para acercar posturas tras los actos vandálicos contra la estatua de san Junípero Serra, tras el llamamiento de la edil de Podemos a través de las redes sociales a imitar –”de forma pacífica”– lo hecho en Estados Unidos.
El pasado 22 de junio, la efigie amaneció pintada de rojo y con la acusación de “racista”. Un día antes, Vivas indicaba en Twitter que “la historia fue contada por las clases dominantes. El derecho de la ciudad implica que sus estructuras no sean hirientes ni recuerden la opresión. Las luchas y resistencias no están en las estructuras porque la historia la contó la élite”.
El ataque a la estatua fue condenado por el Obispado, que hizo público un comunicado en el que lamentaba y condenaba los hechos, porque “el padre Serra hizo sacrificios heroicos para proteger a los indígenas de California de los conquistadores españoles, especialmente de los soldados. Incluso con la pierna infectada, que le causaba gran dolor, caminó hasta la Ciudad de México para obtener facultades especiales de gobierno del virrey de España para disciplinar a los militares que abusaban de los indios. Y luego volvió a California”.
En este encuentro, “se ha profundizado positivamente en el papel de ambas instituciones en la creación de un espacio común de diálogo y entendimiento constructivo, desde opciones aparentemente diversas pero que confluyen en el mismo objetivo: el servicio a la ciudadanía, especialmente en estos tiempos difíciles que estamos viviendo”, según informa la Agència Balèaria.
En este sentido, ambos animan a los ciudadanos a rebajar –y llegar a eliminar– el nivel de crispación y violencia: “En lugar de destruir imágenes, dediquémonos a reconstruir personas”, indicó Taltavull. Por su parte, Vivas señaló que “tenemos que construir a partir de un punto de encuentro y siempre con diálogo”.
No es la primera vez que ambos se citan. Durante el estado de alarma, ya se establecieron puntos de cooperación entre la Concejalía y la Diócesis en materia de violencia de género. Así, Vivas destacó “la sensibilidad mostrada por el obispo hacia las necesidades de las mujeres maltratadas y sus hijos”.