Ramona Collante vivía en la villa 21-24. A principios de junio, a su cuadro de hipertensión, se sumó un serio problema respiratorio. Su familia pidió asistencia médica y la ambulancia demoró dos horas. Lamentablemente, Ramona falleció antes de que ese servicio llegara al lugar.
Por este motivo, los curas villeros Lorenzo ‘Toto’ de Vedia y José María ‘Pepe’ Di Paola presentaron, a través de las redes sociales, el documento ‘La imperiosa necesidad de la ambulancia en las villas y barrios populares’. Los acompañó el obispo Gustavo Carrara y los padres Nicolás Angellotti, Adrián Bennardis, Gastón Colombres, Juan Isasmendi y Carlos Olivero, todos pastores de la comunidad villera.
Los curas -una vez más- expresaron la cruda realidad que se refleja en los barrios marginales: privación de oportunidades y derechos por vivir: “falta de vacante en escuelas, inseguridad en sentido amplio, rechazo en trabajos por vivir en una villa, transporte público deficiente, sistema de salud expulsivo“.
Justamente, manifestaron un problema que lleva décadas: es deficiente e insuficiente el servicio de emergencias médicas. “Demasiados vecinos de barrios pobres fallecieron desangrados mientras la ambulancia no llegaba”. “¡Cuántas muertes se habrían evitado si la ambulancia hubiera llegado a tiempo!”, enfatizaron en el documento.
La ambulancia llega más tarde lo que se espera, y muchas personas fallecieron antes de que llegue la emergencia. Pero, agregaron que no es una excusa la imposibilidad de llegar a los pasillos. Siempre hay una alternativa para acercarse a los que se encuentran damnificados.
Solicitaron, entonces, que se corrijan estos errores ya que se visualizaron retrasos escandalosos, con consecuencias indeseables, sobre todo durante este tiempo de cuarentena por la pandemia del COVID-19.
Con el objetivo de subsanar esta problemática, los curas presentaron una propuesta concreta: que el Estado proporcione una unidad de traslado en aquellas villas o barrios populares que muestran capacidad de organización. Esto podría acelerar traslados de personas con afecciones menores, quedando las afecciones más complicadas a cargo de la emergencia médica estatal. “No se trata de reemplazar el sistema oficial de emergencias médicas, pero sí de complementarlo”, añadieron.
Tomando como referencia otras experiencias de unidades de traslado y muchas organizaciones dispuestas a colaborar, el compromiso latente de los curas pasaría por la articulación, cooperación y organización de la comunidad ante estas urgencias cotidianas. “Estamos dispuestos a conversar, en mesa de trabajo, los detalles de esta propuesta… queremos ayudar para que mejore la presencia del Estado en nuestros barrios“.
Recordaron que “Como en otras cosas, la comunidad se organiza para el bien del mismo barrio”. Por eso, quedan a disposición, en actitud de diálogo, y piden a la Virgen, en su advocación de Nuestra Señora de la Salud, interceda por la vida digna de los vecinos de las villas y barrios populares y por una mejor integración.
La declaración fue firmada, como es costumbre, por todo el equipo de curas de villas y barrios populares del AMBA (Capital y Conurbano Bonaerense).