Cáritas Española acaba de activar dos convenios de emergencia en Honduras y Guatemala en colaboración con la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) con el objetivo de apoyar las acciones de ayuda humanitaria de las Cáritas locales a las comunidades más afectadas por los efectos sociales y económicos del coronavirus, que corren el riesgo de agravarse en los próximos meses en toda la región.
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Ambas intervenciones humanitarias suman un presupuesto de 130.000 euros, de los que la AECID aporta unos 102.000 euros. Próximamente se activará otra intervención similar de Cáritas Española en El Salvador, según explican en un comunicado.
Junto a estas actuaciones, en el marco de la respuesta a los efectos del coronavirus en Centroamérica, está en marcha otra intervención de Cáritas Española con fondos propios de emergencia en Nicaragua para apoyar con 38.000 euros a la Cáritas local en la distribución de equipos de protección y el lanzamiento de una campaña de sensibilización en las que participan otras Cáritas donantes.
En el caso de Honduras, el convenio de emergencia servirá para que la red local de Cáritas en el país pueda articular un programa que dé una respuesta humanitaria a las familias de los Departamentos de Choluteca y Comayagua más afectadas por los efectos el coronavirus. La ayuda permitirá distribuir a unas 2.200 personas (el 65% mujeres) alimentos y productos de higiene personal y desinfección del hogar, así como un plan de preparación de técnicos, agentes comunitarios y voluntarios para apoyar a las familias, junto a una campaña de información sobre riesgos de salud y prevención.
En Guatemala la activación del convenio se centra en acciones de asistencia humanitaria a hogares de la etnia Ch’orti’ en el Municipio de Jocotán, del Departamento de Chiquimula, una zona con alta vulnerabilidad que se ha visto agravada por el impacto del Covid-19. Esta intervención se desarrolla en áreas del denominado Corredor Seco, tras evaluarse el riesgo de la población para garantizar su alimentación básica y proteger sus medios de vida. En estas zonas muchas familias no tienen suficientes reservas de granos básicos, se han quedado sin ingresos, se están viendo obligados a postergar su nueva siembra y tienen un acceso limitado a los mercados para aprovisionarse de productos básicos. Todo esto genera un alto riesgo de pérdida de los medios de vida de subsistencia de estos hogares de pequeños agricultores y agricultoras.
El virus, a diferentes velocidadades
Como detalla Cáritas Española, la situación de la pandemia en Centroamérica ha ido evolucionando de forma “preocupante” en las últimas semanas. Las proyecciones que la Organización Panamericana de la Salud (OPS) maneja para toda la región calculan para el próximo octubre más de 438.000 muertes por coronavirus. Los picos que los diferentes países afrontan son diversos y vienen de la mano del conjunto de medidas y actuaciones que los Gobiernos locales están implementando. Se trata de unas expectativas preocupantes a corto plazo en una crisis de salud que en América no cede y donde están 5 de los 12 países del mundo más afectados por la pandemia.
Según las estimaciones de la OPS, México, El Salvador, Guatemala, Honduras y Panamá pueden ver el pico en agosto, mientras que en Costa Rica se daría en octubre. El pronóstico sobre Nicaragua, por su parte, es complejo, ya que no es fácil calibrar su situación. En este país, varias entidades de la sociedad civil ya hablan claramente de transmisión comunitaria, con un numero dispar entre las estadísticas y datos oficiales, y los manejados por estos colectivos. “La política negacionista del Gobierno al inicio (similar a las de Trump o Bolsonaro) y el nulo número de medidas de confinamiento decretadas por las autoridades locales han sido la norma en esta fase de la pandemia”, señalan.
Otras enfermedades y huracanes
A la entidad preocupa Centroamérica y el Caribe, especialmente Haití y República Dominicana, puesto que a la pandemia hay que añadir enfermedades locales como el Zika o el dengue, que pueden llevar al límite a unos servicios sanitarios ya bastante colapsados. Además, toda la zona está ya, desde el pasado 1 de junio, en el arranque de la temporada de huracanes y tormentas tropicales.
La zona debe estar preparada para al menos otros tres meses de nuevos casos, como señala la Organización Mundial de la Salud (OMS). Ante este escenario, Cáritas pide a los Gobiernos de la región que tomen decisiones urgentes que tengan en cuenta tanto las condiciones de salud en cada país como las implicaciones económicas de esta crisis sanitaria con objeto de minimizar el impacto de la pandemia especialmente en aquellos que viven en condiciones de vulnerabilidad, exclusión o pobreza severa.