Durante la noche del 4 de julio, cuando Estados Unidos celebra su Día de la Independencia, un grupo de personas derribaba otra estatua de san Junípero Serra en Sacramento, California. Tal como relata CNA, la estatua sería posteriormente quemada y golpeada.
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Esta es la tercera estatua del misionero contra la que se atenta en California en las últimas semanas. Por su parte, el obispo de Sacramento, Jaime Soto, subrayaba ayer que “las acciones del grupo pueden haber tenido como objetivo llamar la atención sobre los recuerdos tristes y enojados sobre el pasado de California”. Sin embargo, considera que estos actos de vandalismo “hacen poco para construir el futuro”.
Una “California mejor”
El prelado subrayó, además, que san Junípero trabajó para promover la dignidad de los pueblos indígenas. “No hay duda de que los pueblos indígenas de California sufrieron un gran sufrimiento durante el período colonial y luego enfrentaron el horror del genocidio sancionado por el gobierno bajo el naciente Estado de California”, apuntó Soto. “Este legado es desgarrador. Sin embargo, también es cierto que mientras el padre Serra trabajó bajo este sistema colonial, denunció sus males y trabajó para proteger la dignidad de los pueblos nativos ”, explicó.
“El arduo trabajo de superar la plaga del racismo no debe ser derrocado por el saqueo nocturno. El diálogo no debe abdicar al vandalismo”, continuó Soto, añadiendo que “estos episodios desconcertantes tampoco deberían distraernos de los deberes de la justicia y la caridad sobre los que se puede construir una California mejor”.
El pasado 27 de junio, el arzobispo de San Francisco, Salvatore Cordileone, celebraba la oración del rosario donde se encontraba la estatua derrumbada de san Junípero en San Francisco. “El mal se ha hecho presente aquí. Entonces nos hemos reunido para orar por Dios, para pedirle a los santos… por su intercesión, sobre todo a nuestra Santísima Madre, en un acto de reparación, pidiendo la misericordia de Dios sobre nosotros y sobre toda la ciudad, para que podamos volver nuestros corazones de vuelta hacia él”, decía Cordileone en el acto.