A medida que se retoma la normalidad, toca pensar en el futuro y en la reconstrucción. En este sentido, el arzobispo de Burgos, Fidel Herráez Vegas, ha propuesto en su carta de este domingo 5 de julio, el “plan para resucitar” que el papa Francisco propuso desde las páginas de Vida Nueva con motivo de la Pascua. “A lo largo de estos meses hemos venido reflexionando mucho sobre lo que nos ha acontecido y lo que hemos experimentado personal y comunitariamente”, señala el obispos. Por ello, anima a los fieles “a que nos apoyáramos mutuamente y a vivir la situación como un tiempo de gracia, que nos permitiera abrirnos al plan de Dios que siempre es misericordioso”.
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Un mundo distinto
“Me gustaría soñar el futuro y avivar en vosotros la necesaria esperanza que nace de la fe y que hoy es tan urgente”, prosigue el obispo. “La experiencia vivida nos debe llevar a construir un mundo distinto, porque el mañana no puede ni debe ser como el ayer. Sin duda hay un antes y un después de lo vivido, o tendría que haberlo necesariamente, si es que hemos aprendido algo de este acontecimiento de muerte y de vida”, propone.
Aquí retoma Herráez el “plan para resucitar” del papa Francisco, “como un aliento de esperanza y de alegría pascual para animar la vida en tiempos de la pandemia. Solo así podremos afirmar que el dolor de lo vivido no ha sido en vano y que las crisis son el comienzo de un nuevo nacimiento”. Una propuesta que está relacionada con la encíclica Laudato Si’, “la pandemia es un momento oportuno para que seamos capaces de reflexionar particular y conjuntamente sobre esta gran cuestión” del mundo que se deja a las generaciones futuras.
Retomando algunos párrafos del plan, la encíclica “puede ser una excelente guía moral y espiritual para la concreción de esta nueva sociedad que buscamos y por la que luchamos: un mundo más solidario, fraterno, pacífico y sostenible. Porque si algo nos ha demostrado la crisis que hemos vivido es que todos estamos conectados, que somos interdependientes”, apunta.