La Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Española se reunió del 6 al 7 de julio por primera vez desde las elecciones de marzo, en la que los obispos depositaron su voto en el cardenal arzobispo de Barcelona, Juan José Omella. De ahí que en esta reunión se haya producido una renovación en algunos cargos de gestión del día a día del Episcopado. Entre los seis nuevos nombres, tres mujeres: dos laicas y una consagrada.
María José Tuñón es la nueva directora de la Comisión Episcopal para la Vida Consagrada. Y, realmente, la única cara femenina nueva, puesto que los dos otros nombramientos con nombre de mujer vienen de dentro de la propia CEE. Con ellas, 3 de las 10 comisiones episcopales tienen rostro de mujer.
El obispo de Mondoñedo-Ferrol, Luis Ángel de las Heras, que preside la Comisión para la Vida Consagrada ha “fichado” a una religiosa con experiencia en la CONFER, conferencia que el propio claretiano dirigió antes de que el papa Francisco le enviará a Galicia. Por tanto, un nuevo puente entre la sede de los religiosos españoles y Añastro para hacer cada vez más patentes las mutuas (y buenas) relaciones entre el Episcopado y la Vida Religiosa española, que vienen caminando en perfecta comunión desde que Vicente Jiménez, arzobispo de Zaragoza, presidiera la Comisión en tiempos del cardenal Ricardo Blázquez al frente de la CEE.
Los prelados han confiado en Raquel Pérez Sanjuán –actual directora de la Subcomisión de Universidades–, de la Institución Teresiana, para la dirección de la Comisión Episcopal para la Educación y la Cultura, y en María Francisca Sánchez Vara –actual responsable del Departamento de Trata–, como directora de la Subcomisión Episcopal para las Migraciones y la Movilidad Humana, sustituyendo al jesuita José Luis Pinilla, tras 12 años al frente de los temas migratorios en el Episcopado. Una renovación que es casi una sucesión lógica, puesto que Sánchez era la número dos del religioso.
Por otro lado, también se ha creado un consejo asesor de seglares para dar continuidad al Congreso de Laicos celebrado el pasado mes de febrero.
Los nombramientos no han sido el único tema tratados en la Comisión Permanente. Parte de la cita se ha dedicado a analizar cómo la crisis del coronavirus ha afectado a la vida social y de la Iglesia. “Aprovechemos esta oportunidad para reconstruir y resucitar nuestro modelo de progreso”, comentó en rueda de prensa el secretario general del Episcopado, Luis Argüello, aludiendo al “plan para resucitar” que el papa Francisco dio a conocer a través de Vida Nueva. “Pero mientras hacemos la reflexión, no podemos olvidar a quienes se han quedado a un lado”, alertó, a la vez que puso en valor “las iniciativas de la Iglesia que ya están en marcha, de las diócesis más pequeñas a las más grandes, son sorprendentes”.
En el marco de la nueva normalidad, Argüello también animó a volver a las misas presenciales “con prudencia”. “Vemos que hay rebrotes como el de Lleida”, recordó.