“A pesar de la actual pandemia de Covid-19, que plantea nuevos desafíos en Pakistán, la intolerancia religiosa y la discriminación en los últimos meses están aumentando”. Esta ha sido la denuncia que la Conferencia Episcopal de Pakistán ha hecho a través de su Comisión Nacional de Justicia y Paz (NCJP).
En la declaración, hecha pública por Fides, los obispos subrayan que, recientemente “Nadeem Joseph, un cristiano de Peshawar, falleció a causa de las heridas de bala recibidas el 4 de junio de 2020. Unos días antes, él y su suegra Elizabeth Masih habían sido brutalmente atacados por el musulmán Salman Khan y sus hijos”. Nadeem Joseph había comprado una casa en la colonia de Peshawar, área dominada por musulmanes, motivo por el cual fue asesinado, ya que sus vecinos “no toleraron la presencia de un no musulmán en su barrio”.
La NCJP ha condenado este acto de violencia y, en una declaración conjunta, Joseph Arshad, presidente de la Comisión, Emmanuel Yousaf, director nacional de la misma y el director ejecutivo Cecil S. Chaudhry han declarado que “la sociedad paquistaní se ha vuelto cada vez más intolerante”, por lo que “vivir como una minoría religiosa es cada vez más difícil”. Y es que, tal como aseguran, “hay muchos incidentes similares que no son denunciados. Las minorías religiosas continúan sufriendo discriminación como parte de su vida cotidiana”.
Por todo ello, los obispos han pedido a los organismos legislativos y de seguridad que hagan “todo lo posible para atrapar al principal culpable que asesinó brutalmente a Nadeem Joseph y llevarlo ante la justicia”, y han señalado la s“clara violación de los derechos humanos” que esto supone. “La familia de Nadeem vive con grandes dificultades y en peligro después de este ataque. El gobierno debe garantizarles la seguridad y protección, tanto a ellos como a todas las minorías religiosas”, ha dicho Arshad, obispo de Islamabad-Rawalpindi.