La Conferencia Episcopal Española llama a todos los españoles a recordar el próximo 26 de julio a los mayores, los principales afectados por el coronavirus. La Iglesia celebra ese día la festividad de san Joaquín y santa Ana, patronos de los abuelos, y los obispos han convocado una Jornada por los afectados por la pandemia.
En un mensaje, la Comisión Episcopal para la Pastoral Social y Subcomisión de Familia y Defensa de la Vida, advierte que “donde no hay respeto, reconocimiento y honor para los mayores, no puede haber futuro para los jóvenes, por eso hay que evitar que se produzca una ruptura generacional entre niños, jóvenes y mayores.”.
La Iglesia es la primera institución en pedir perdón por el gran número de personas fallecidas en residencias, hospitales y en sus propios domicilios. Lo hizo por boca del secretario general de la CEE, Luis Argüello, que lamentó el pasado 8 de julio en una rueda de prensa la virulencia con la que el Covid-19 había atacado a los mayores.
“También, nuestros mayores, debido a las circunstancias tan excepcionales, son los que más han sufrido el drama de la soledad, de la distancia de sus seres queridos. En una sociedad, en la que muchas veces se reivindica una libertad sin límites y sin verdad en la que se da excesiva importancia a lo joven, los mayores nos ayudan a valorar lo esencial y a renunciar a lo transitorio. La vida les ha enseñado que el amor y el servicio a los suyos y a los restantes miembros de la sociedad son el verdadero fundamento en el que todos deberíamos apoyarnos para acoger, levantar y ofrecer esperanza a nuestros semejantes en medio de las dificultades de la vida”, reconocen los prelados en su carta.
Pero “no basta contemplar el pasado, aunque haya sido en ciertos momentos muy doloroso, hemos de pensar en el futuro”, añaden. Y concluyen su misiva haciendo alusión al papa Francisco, quien siempre afirma que una sociedad que abandona a sus mayores y prescinde de su sabiduría es una sociedad enferma y sin futuro, porque le falta la memoria.