El nuevo curso escolar comienza en Italia el 14 de septiembre. Ese día las autoridades educativas tendrán que haber encontrado espacios suficientes para los 1,2 millones de estudiantes que, con las nuevas reglas de distanciamiento para evitar el coronavirus propuestas por el Gobierno, ya no cabrían en las aulas.
Una solución podría venir con el uso de los espacios con que cuentan las parroquias. Es la propuesta que realizó el vicariato de Roma, poniendo a disposición las aulas de catequesis y otros lugares de las iglesias donde se pueda dar clase. Pierangelo Pedretti, secretario general de la diócesis romana, envió una carta a los sacerdotes de las 332 parroquias de este territorio eclesiástico invitándoles a participar en esta iniciativa, que parte del cardenal vicario, Angelo De Donatis.
Pedretti pidió en su misiva localizar cuáles son los espacios más idóneos con que cuentan las iglesias para acoger eventualmente a los estudiantes a partir de septiembre. Deben además hacer saber a la diócesis si han recibido peticiones en este sentido por parte de las escuelas de sus barrios. Las eventuales reformas necesarias para adecuar estos lugar correrán a cargo de las administraciones públicas.
“Como sociedad civil debemos plantearnos el problema de hacer que puedan volver las clases presenciales por el bien de los chicos”, comentó Rosario Salamone, responsable de la oficina de la pastoral educativa y la enseñanza de la religión católica del vicariato de Roma, en declaraciones recogidas por el diario italiano Avvenire.
Las escuelas llevan cerradas en Italia desde principios de marzo debido a la pandemia del coronavirus. Durante tres meses las clases se han desarrollado por vía telemática, un método que ha lastrado principalmente a los niños y adolescentes de familias con menos recursos. Precisamente son estos colectivos los que más podrían beneficiarse de la propuesta del vicariato, ya que mientras que en el centro las escuelas podrán echar mano de los museos, teatros y bibliotecas para dar clase, en los barrios periféricos los complejos parroquiales son de los pocos espacios idóneos para acoger a los estudiantes.