La pasada semana, los carabinieri sorprendían al sacerdote italiano Silvano Dematteis con dos dosis de cocaína en la playa de Porteghetto en Cervo. No era la primera vez. Ya había sucedido un episodio similar en junio de 2019, cuando los cuerpos de seguridad encontraron drogas en posesión de Dematteis mientras este estaba de viaje en Cremona.
Ante los hechos, el obispo de Albenga-Imperia (en la región de Liguria), Guglielmo Borghetti, ha tomado la decisión de “suspender de todos los actos de poder sagrado del orden sacerdotal” y de manera inmediata al que, hasta hace unos días, era el párroco de Diano Borganzo y Diano San Pietro.
“En particular, a partir de ahora le está prohibido participar como ministro en la celebración de la santa misa y cualquier otra ceremonia sacramental y de adoración litúrgica, en la que solo puede participar como un simple fiel”, explica la diócesis. Asimismo, está “suspendido de todos los actos de poder del gobierno eclesiástico”, hasta que esta disposición se “renueve por escrito”, siempre sujeta a la rehabilitación del sacerdote”.
Y es que, para el obispo ha sido importante destacar que “este acto debe leerse como un signo de la preocupación de la Iglesia por el bien espiritual del sacerdote en dificultad, y de todo el Pueblo de Dios, cuya custodia y salvación siempre siguen siendo la ley suprema de la Iglesia”.