“La mezquita de Córdoba en España, construida como mezquita en el siglo VIII, fue convertida en iglesia en el siglo XIII. ¿Se usa como iglesia hoy día? Sí. ¿Está en la lista de Patrimonio de la Humanidad? Sí. Lo que importa es proteger (un monumento), no si se usa como mezquita o iglesia”, así ha expuesto su postura acerca de reconvertir Santa Sofía en Estambul en mezquita Mevlüt Çavusoglu, ministro de Exteriores turco, en declaraciones a la emisora pública TRT recogidas por EFE.
Además, Çavusoglu respondía así a un mensaje de la Unesco, que había criticado la decisión de reabrir Santa Sofía al culto musulmán sin consultar con el comité del organismo internacional, que registró el monumento como Patrimonio de la Humanidad en 1985.
Como él, distintos altos cargos, historiadores y teólogos han respondido con el ejemplo de la Mezquita-Catedral de Córdoba ante las críticas recibidas desde que la pasada semana se anunciase la decisión del gobierno de Erdogan, por la cual se anulaba el decreto de 1934 por el cual se secularizaba el monumento, haciendo de él un museo. Poco después de anular el decreto, Recep Tayyip Erdogan, presidente de Turquía, firmaba la transferencia de la gestión del edificio del Ministerio de Cultura al organismo que gestiona las mezquitas, la Diyanet, anunciando que el próximo 24 de julio Santa Sofía se abrirá a los rezos.
Sin embargo, numerosos críticos con esta decisión de Erdogan no creen que el convertir la antigua iglesia bizantina nuevamente en mezquita se trate de un ataque contra el cristianismo, sino contra el sector laico de Turquía. “La reconversión de Santa Sofía en mezquita es definitivamente un intento de asestarle una bofetada a cualquiera que todavía crea que Turquía es un país laico: con este acto se ha declarado inválido el sistema laico del kemalismo”, escribe la novelista turca exiliada Asli Erdogan.
Por su parte, el presidente ha insistido en que el cambio de estatus es “un asunto interno de una Turquía soberana”, pero ha subrayado que, en todo caso, el monumento seguirá estando abierto a todo el mundo, sin distinción de religión, en consonancia con otras mezquitas históricas de Estambul.
Incluso el papa Francisco se manifestaba “dolido” por la reconversión de Santa Sofía durante el rezo del ángelus del pasado domingo. Ante esto, el historiador turco Mehmet Özdemir respondía en una entrevista con el diario Sabah que también “debería sentirse triste por las mezquitas convertidas en iglesias durante Al Andalus”. Lütfi Seyban, también historiador, recordaba que los musulmanes no pueden rezar en la Mezquita-Catedral de Córdoba, donde sí se celebra misa.