Los cursos de verano se la Universidad San Dámaso (UESD) se han reinventado para adaptarse a la situación generada por las medidas para hacer frente a la pandemia del coronavirus. Por ello, ha comenzado el ciclo ‘Verano UESD 2020. Nos vamos contigo de vacaciones’. Una propuesta de videoconferencias que se ha abierto este martes 14 de julio con la priora del Monasterio de la Conversión de Sotillo de la Adrada (Ávila), Carolina Blázquez, OSA. La también profesora de la Facultad de Teología madrileña ha abordado el tema “El misterio de la creación. ¿Estamos solos en este universo inmenso? ¿Somos fruto del azar o vivimos porque somos amados?”
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Es su propuesta, la religiosa trató de ofrecer una alternativa a la somnolencia que el mundo puede generar con unos valores y un ritmo imparable que nos conduce a “una inexistencia impersonal”. Por ello, comprender la realidad de la creación ayuda a comprender la hondura, el sentido, que puede encontrarse detrás de las sorpresas cotidianas. Es la propuesta con la que la religiosa ha propuesto sumergirse en el misterio de la creación, al que se puede acceder por diversos caminos. Por ejemplo, “en cada rostro de cada persona se presenta, se desvela y se esconde el ser personal que lo anima”, Dios. También se descubre en el amor o en la muerte, “en las situaciones que nos zarandean”. Por ello, la profesora ha hecho una invitación a “despertarse” y preguntarse por el ser. Lo ha hecho a través de tres tres respuestas clásica: el monismo (materialista o espiritualista), el dualismo o la creación.
Un hilo que une a Dios y su creación
En la Escritura se descubre esta respuesta ya que “Israel reconoce en su historia la acción de Dios y reconoce también esta acción en el origen y discurrir del mundo”. La experiencia salvífica de Israel, para la profesora, es una “paradigma para nuestra experiencia creyente de hoy”. “Ante la inconsistencia personal y de todo lo que nos rodea somos testigos de la acción salvadora y creadora de Dios, que nos saca de la nada, del vacío…”, señala.
Para la religiosa, la afirmación de que Dios es creador es una llamada a la relación personal porque la “creación de la nada” implica que “Dios al crear ha trazado un hilo entre Él y nosotros”. Por eso, la creación es “objeto del amor de Dios” por eso “respeta, deja ser, permite una alteridad, ha aceptado la diversidad…” Desee esta visión, la “realidad es ‘hija’ por eso la preocupación de lo que es vida, de maternidad y cuidado hacia lo que está vivo”.
Otra característica de esta visión de la creación, para Carolina Blázquez, es el “sello de la bondad”. Esta, es para ella “la marca, la firma de su autor; la creación participa de esta gloria como criatura, de ahí sus movimientos e imperfecciones”. Una consecuencia ecológica, es el respeto de la creación ya que el mundo “porque es criatura divina no puede ser explotado ni dominado egoístamente por el hombre”. Entre las características creadoras también está “la paciencia de Dios” que “es nuestra salvación” y sustenta la esperanza del cumplimiento último de la creación.
