La última medida del gobierno de Donald Trump sobre migrantes se ha encontrado con la oposición del Episcopado estadounidense. El Departamento de Seguridad Nacional y el de Justicia a través de la Oficina Ejecutiva para la Revisión de Inmigración acaban de aprobar nuevas reglas sobre el derecho de asilo. Estas, por ejemplo, permitirían a los jueces de inmigración negar las solicitudes antes de que la persona que lo solicita pueda ver a un juez o elimina el asilo para aquellos que huyen de la violencia doméstica o de las pandillas.
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Para el obispo Mario E. Dorsonville, obispo auxiliar de Washington y presidente del Comité de Migración de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos “estas regulaciones propuestas para el asilo tendrán consecuencias devastadoras para aquellos que buscan protección en los Estados Unidos y que huyen de la violencia doméstica o de la persecución de las pandillas en sus países de origen”.
Un deber moral de todos
Para el prelado, “la Iglesia Católica nos enseña a examinar las causas fundamentales de la migración, la pobreza, la violencia y la corrupción”. Así lo ha hecho saber en las aportaciones al trámite de esta normativa de asilo, a la que contribuyeron con un documento de 10 páginas defiendo la visión de la Iglesia.
En su declaración, Dorsonville acude a papa Francisco para recordar que “debemos mantener los ojos abiertos, los corazones abiertos, para recordar a todos el compromiso indispensable de salvar cada vida humana, un deber moral que une a creyentes y no creyentes”. “No podemos dar la espalda a los vulnerables”, ratifica el obispo.
