La Santa Sede ha considerado culpable a Manuel Cociña, sacerdote del Opus Dei, de abusos sexuales a un adulto en Sevilla durante los años 2002 y 2003. Así se desprende de la resolución emitida ayer por la Congregación para la Doctrina de la Fe, a través de la cual el Vaticano prohíbe durante cinco años al presbítero predicar y administrar sacramentos, salvo la misa en privado. Además, en los cinco años posteriores su actividad pastoral quedará limitada al ámbito del centro de la Prelatura en el que tiene su domicilio.
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Se trata de la primera vez que un clérigo vinculado a la familia carismática fundada por san Josemaría Escrivá de Balaguer es condenado por Roma en relación a los abusos sexuales. Fue en agosto de 2018 cuando la prelatura del Opus Dei en España recibió una denuncia que llevó a la Obra a ordenar una investigación preliminar y adoptar medidas cautelares para restringir la actividad del presbítero a la casa en la que vive. Prácticamente dos años ha tardado la Santa Sede en pronunciarse.
Petición de perdón
A través de un comunicado, el Opus Dei “pide perdón y lamenta profundamente el sufrimiento generado en las víctimas”. Además, desvela que se está haciendo cargos de los gastos médicos y psicológicos del denunciante, a través del arzobispado de Santiago de Chile, donde reside actualmente la víctima.
Por otro lado, en ese mismo texto, la Prelatura admite que durante la investigación “otros dos adultos han manifestado actuaciones canónicamente reprobables por parte del sacerdote”. De la misma manera, subraya que “no ha habido menores involucrados”. “Pedimos a Dios que brinde consuelo y curación a las personas afectadas, e invitamos a rezar por ellas y por el mencionado sacerdote”, apuntan desde la Obra.