Mauricio López, secretario ejecutivo de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM) ha hecho un llamado a todos los capítulos nacionales, voluntarios y colaboradores de esta instancia a sumarse a la primera Asamblea Mundial por la Amazonía, un espacio “autoconvocado” por organizaciones indígenas, sociales, movimientos, activistas, colectivos en defensa de los pueblos amazónicos que se encuentran en grave riesgo por causa del coronavirus.
El 18 y 19 de julio, a partir de las 15.00 horas de Colombia, 16.00 de Bolivia y 17.00 de Brasil, se realizará este evento, de manera virtual, para trazar los caminos de lucha en tres grandes campañas: impactos del Covid-19, boicot a las empresas extractivistas y movilizaciones sociales en defensa de los territorios.
Se ha habilitado una declaración de principios disponible en español, inglés, portugués y francés para quienes quieran adherirse a esta iniciativa. Además de un formulario de inscripción para quienes deseen participar en la Asamblea a través de zoom.
Al respecto López ha dicho que “este es un momento crucial en la historia, estamos frente a una situación sin precedentes. Esta pandemia nos ha puesto en una situación de vulnerabilidad que nunca antes habíamos vivido”.
Además “revela y desnuda todas las situaciones de exclusión, desigualdad e injusticia que habíamos estado viviendo sobre todo en los pueblos originarios y comunidades de la Amazonía” por eso “los invitamos a sumarse a la convocatoria para la Asamblea Mundial por la Amazonía, porque es imposible no hacer un levantamiento de voz frente a esta situación”.
Según la REPAM son 170 pueblos originarios afectados, por ello “queremos sumar fuerzas como red eclesial” con “los hermanos de la Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA) y el Foro Social Panamazónico (FOSPA)”.
López ha indicado que es necesario “buscar caminos juntos y sobre todo para hacer propuestas de futuro posible”. Ha recordado que el papa Francisco durante el Sínodo para la Amazonía “nos invitaba firmemente a buscar alternativas y caminos que puedan liberar los territorios” para lo cual planteó cuatro sueños en la exhortación postsinodal.
“Un sueño social en defensa de los derechos de los pueblos originarios, de sus territorios, de su identidad; un sueño cultural para el respeto profundo de sus historias y cosmovisiones, que permita al mundo tener esa diversidad, esa pluriformidad que la enriquece; un sueño ecológico para proteger la vida, la belleza, el misterio de la Amazonía que es fuente de vida para el mundo; y un sueño eclesial con una iglesia más encarnada que pueda acompañar y vivir esta realidad para dar nuevas perspectivas de futuro junto con los que todos ahí habitan”, ha expresado.
Para Mauricio “este es un momento donde defendemos la vida en clave de Reino de justicia, de Evangelio para la Iglesia” como hombres y mujeres de Iglesia debemos marcar “un antes y después en la respuesta para defender la vida y acompañar a los pueblos y comunidades más amenazados en este territorio”.
Foto: REPAM