Las consecuencias del coronavirus se han notar más allá del campo sanitario. En este sentido, las medidas de prevención y su aplicación han vuelto a acentuar las diferencias entre países enriquecidos y empobrecidos. Es una de las conclusiones más evidentes del nuevo informe anual de Caritas Internationalis que se ha presentado en el Vaticano.
La respuesta a la pandemia será una nueva losa económica a los países endeudados o con sanciones y restricciones a su comercio. Por eso, la entidad ha hecho un llamamiento a “un alto el fuego mundial” y a acentuar los mecanismos de solidaridad y cooperación, según recogen los medios vaticanos.
Para el presidente, el cardenal Luis Antonio Tagle, “los muchos cambios que hemos experimentado y estamos experimentando” durante la pandemia pueden ser “una oportunidad para el futuro” para construir una “nueva conexión de solidaridad”. Somos “una sola familia humana y el sentimiento de cercanía que ha despertado la pandemia, que afecta a todos, no puede olvidarse sin dejar una señal: y esa señal debe ser la capacidad de dar nuevas respuestas”, apeló.
Para ello, Tagle, ha reivindicado los temas clásicos como el hambre en el mundo, las guerras, las violencias que pisotean las vidas humanas y la dignidad de las personas… y ha propuesto recuperar la mirada inclusiva del papa Francisco en la Laudato si’ y trabajar por acciones concretas como la de “un cese al fuego global”.
El Secretario General de Caritas Internationalis, Aloysius John, ha querido destacar la situación de Oriente Medio, que “ha empeorado drásticamente en los últimos seis meses y las sanciones económicas y el embargo a Siria han contribuido a agravar la tendencia”. John ha calificado estas sanciones al comercio en Siria como “unilaterales sin diálogo ni negociación nunca han servido a su propósito, al contrario, han sido contraproducentes” ya que han hecho que la población esté aún más empobrecida.
Ante la emergencia del coronavirus, Cáritas Internacional ha financiado 23 proyectos y otros 14 ya han sido aprobados. Fundamentalmente son ayudas a familias con asistencia alimentaria básica, kits de higiene, jabón, pañales y ayudas económicas para necesidades urgentes. En la actualidad, Caritas Internationalis está ayudando a casi 9 millones de personas en 14 países.
Aunque la situación sanitaria ha hecho que las economías de los países con más donantes se vean muy afectadas. Por eso, desde la entidad reclaman más esfuerzos colectivos a las instituciones internacionales –especialmente al G-20, al Fondo Monetario Internacional o el Parlamento Europeo– y recuerdan que 230 millones de personas están en riesgo de padecer hambre, según los datos del Programa Mundial de Alimentos.