El obispo de la Diócesis de San Cristóbal de las Casas (Chiapas), Rodrigo Aguilar Martínez, consideró que la estrategia seguida por el gobierno federal para acabar con la pandemia de Covid-19 “está siendo desacertada”.
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En el marco de una conferencia virtual para dar a conocer una “Declaración conjunta de los obispos de México sobre el don de la vida y la dignidad humana”, el obispo de la diócesis chiapaneca justificó su opinión con base en el número de muertes que se han registrado en el país, las cuales ya superan las 30 mil.
“Algunos médicos y personas de autoridad que saben de esta situación y de la posible evolución de las consecuencias para la vida de las personas, dicen que pudiera llegarse a más de 100 mil fallecidos por Covid-19”, añadió.
Aguilar Martínez también lamentó la falta de conciencia de algunos ciudadanos: “Desgraciadamente seguimos encontrándonos con personas que minimizan o incluso dicen que no es verdad, que es un problema del gobierno o que quieren matar a los pobres, pero también están muriendo ricos”.
Además de las miles de muertes a causa de la pandemia, el obispo también se refirió a las muertes provocadas por la violencia en México, que –dijo– han llegado a niveles nunca antes vistos, lo que pone en evidencia que no se ha podido atender el problema del crimen organizado.
“Es importante atender este aspecto porque está afectando a la vida humana de muchas personas; a veces es ajuste de cuentas o a veces son personas inocentes que les toca morir porque estaban en ese lugar sin pretenderlo”.
Los otros muertos
En tanto, al leer ante los medios de comunicación, vía Zoom, la ‘Declaración conjunta de los obispos de México sobre el don de la vida y la dignidad humana‘, a nombre de los obispos de México, tres obispos y un sacerdote manifestaron su preocupación ante lo que consideraron una peste mortal en México: la violencia y la inseguridad.
Quienes dieron lectura a la declaración, además del obispo Aguilar, fueron: el obispo Jesús José Herrera Quiñónez, de Nuevo Casas Grandes y responsable de la Dimensión Episcopal de Vida; el obispo Alonso Garza Treviño, de Piedras Negras y responsable de la Dimensión de Familia, y el sacerdote Rafael Alemán Jasso, secretario Ejecutivo de la Dimensión Episcopal de Vida.
En la declaración, los pastores respaldaron lo dicho por el obispo Rodrigo Aguilar Martínez en el sentido de que el 2020 ha traído a México, además del coronavirus, una crisis de violencia e inseguridad, que ha alcanzado niveles inéditos, “sea por su cantidad, frecuencia y crueldad”.
Los obispos señalaron que esta “cultura de la muerte”, que golpea fuerte y repetidamente el corazón del pueblo mexicano, se manifiesta también en actos como la insensibilidad ante la eutanasia, la ruptura de las familias; los esfuerzos por legalizar las drogas; la difusión de una visión pobre y distorsionada de la sexualidad; la corrupción; la trata de personas; la indiferencia ante la pobreza, y en el abuso y daño de la naturaleza por el consumismo extremo.
Como Iglesia mexicana, reiteraron su compromiso en favor de la vida y la dignidad humana, e invitaron a una participación más constructiva y propositiva de todos los fieles católicos para sustituir a la “cultura de la muerte”, con el anuncio atractivo de la cultura de la vida y la dignidad humana.