La empresaria no ha perdido el tiempo durante el confinamiento y ha diseñado unas mascarillas bonitas, buenas y homologadas sanitariamente que ya están disponibles en su web www.carlabulgaria.com y llegan en 24-48 horas. Protegidas, las dos, por este tejido antibacteriano y transpirable, nos tomamos un café mientras hablamos de su línea cosmética, su blog y su guía de viajes…
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PREGUNTA.- ¿Dónde ha pasado este tiempo?
RESPUESTA.- Hemos estado en Madrid, yo no he dejado de trabajar pues tenía que atender la tienda ‘online’, y Kubrat, mi marido, es cirujano y tampoco ha dejado de trabajar.
P.- ¿Cómo surge la idea de diseñar mascarillas?
R.- Junto a mi amiga Ana Sanz, se nos ocurrió hablando durante el confinamiento. Ana diseña alpargatas y tiene una fábrica en Logroño. Es también muy creativa, ella se ocupa de la producción y, entre las dos, de la distribución. Son antibacterianas y antihongos, además de hidrorepelentes, fundamental para evitar que el virus acceda a nuestra mucosidad. Y están hechas en España. ¡Son marca España!
P.- ¿Cree que las mascarillas estarán mucho tiempo con nosotros?
R.- Sí, de momento las tendremos que usar por obligación en lugares cerrados y públicos, pero mucha gente las seguirá usando a modo de prevención una vez pasada la pandemia. A los europeos nos llamaba la atención el uso de mascarillas en países tan civilizados como Japón, ahora entendemos por qué lo hacen y espero que les imitemos, sobre todo cuando estemos pasando una gripe o catarro, es una muestra de respeto y responsabilidad hacia los demás.
P.- Se niega a adoptar conceptos como “nueva normalidad…
R.- No acepto términos inventados para engañar a la población. Lo que es normal no es nuevo y viceversa. Estamos viviendo una nueva situación que pasará, pero mientras dure hay que respetar el trance. Debemos continuar siendo prudentes, responsables y ejemplares durante un tiempo y, sobre todo, proteger a las personas de mayor riego. (…)
P.- ¿Cómo calificaría la actuación del papa Francisco durante esta pandemia?
R.- La bendición ‘Urbi et orbi’ fue sobrecogedora. Esta pandemia nos ha obligado a encontrarnos con nosotros mismos y eso era necesario, pero el precio a pagar ha sido mucho. Le haría una mascarilla blanca pero lo importante es que las que utilice garanticen su salud y la de quienes le rodean.