Jesús Fernández González ya es oficialmente obispo de Astorga. Después de seis años como auxiliar de Santiago, el prelado leonés tomo posesión esta mañana de la diócesis maragata en una eucaristía en la catedral de Santa María.
Una celebración entre mascarillas, restricción de aforo y la pertinente distancia social para responder a las exigencias sanitarias por la pandemia. Además, se da la circunstancia de que precisamente Fernández es el primer obispo español nombrado por Roma durante la crisis del coronavirus.
“Seamos un hospital de campaña”, expuso en una homilía a modo de hoja de ruta sobre su pastoreo. Fernández hizo suya la llamada del Papa que “no quiere príncipes, sino hombres y mujeres del pueblo”. “No os canséis de evangelizar. Evangelizad”, reiteró.
Fiel a su encomienda como obispo responsable de Cáritas Española, llamó a sus diocesanos a reforzar su compromiso con la dignidad de los últimos. “El Evangelio es una herramienta social”, sentenció, pidiendo a los laicos que defiendan “derechos humanos básicos como la vida o la educación”. Aterrizó aún más al pedir a los laicos que se sumen a su lucha episcopal por “políticas fiscales equitativas, una redistribución justa de los bienes, velando por un trabajo decente, regulando los flujos migratorios, cuidando el medio ambiente…”.
No en vano, su lema es ‘Evangelizare pauperibus’ (‘Evangelizara los pobres’) tomado del evangelio de San Lucas. “No me es fácil mantener esta prioridad”, admitió al hacer presente en la celebración a las víctimas de la trata, a los migrantes, a los ancianos , de “los miles y miles de fallecidos” a causa del covid-19.
“Os convoco a todo a salir y dejar los apegos que resulten una rémora para que el Señor sea al protagonista”, animó a los feligreses diocesanos elogiando la entrega la vida religiosa, sacerdotes y laicos misioneros.
En este sentido, exhortó a la comunidad diocesana a construir “ecosistema espiritual y pastoral”. Consciente de que Astorga ha sido una de las regiones españolas marcadas por la pederastia eclesial, reafirmó que la Iglesia hará “inviable cualquier tipo de abuso”.
En su alocución también tuvo palabras para sus predecesores al frente del Obispado. Por un lado, el emérito Camilo Lorenzo, fallecido esta misma semana. Por otro, para Juan Antonio Menéndez, que murió de un infarto hace poco más de un año.
Jesús Fernandez presidió una eucaristía en la que estuvo acompañado por los cardenales Carlos Osoro y Ricardo Blázquez, además del nuncio vaticano Bernardito Auza, así como de una veintena de arzobispos y obispos. Junto a ellos, autoridades locales, así como el presidente de Cáritas Española, Manuel Bretón, y el fundador de Mensajeros de La Paz, el padre Ángel García.
En su intervención al inicio de la misa, el embajador vaticano instó a Fernández a ser “un padre cercano, maestro fiel y certero, con un corazón que escucha, compasivo y caritativo”. Desde ahí, le animo a ser “puente entre el Pueblo y Dios” con “una actitud de servicio que no nace de planificaciones puramente humanos”, sino de “una de oración auténtica” fruto del “diálogo con Cristo”.
El administrador diocesano de Astorga, José Luis Castro, dio la bienvenida al nuevo pastor, animándole a promover la fraternidad desde la audacia. “Queremos mirar al futuro sin desalentarnos para construir una Iglesia más dinámica”, expresó Castro al repasar desafíos tales como la despoblación, la falta de vocaciones y la secularización.