“La pandemia ha demostrado que ningún país puede proceder independientemente de otros, no solo por razones de salud, sino también por razones económicas. Por lo tanto, es indispensable una organización que pueda ser apoyada por todos y que coordine las operaciones en las diversas fases de monitoreo, contención y tratamiento de enfermedades y que permita una circulación de información advertida”. Así ha respondido Vincenzo Paglia, presidente de la Academia Pontificia para la Vida, a las preguntas de Vatican News hoy, 22 de julio, tras la publicación de la reflexión ‘Humana communitas en la era de la pandemia’, elaborada por la misma institución.
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En sus palabras, Paglia ha defendido el papel de la OMS como “indispensable, incluso si ciertamente ha tenido fallos”. “Debemos aprender de los errores y mejorar su funcionamiento. Solo de esta manera podemos hacer que la ley universal sea efectiva en los niveles más altos de atención médica, como una expresión de protección de la dignidad inalienable de la persona humana”, ha subrayado.
Para Paglia, la novedad de esta pandemia “no radica tanto en la aparición de un virus desconocido”, sino en “la velocidad y amplitud con que se extendió a través de la red de relaciones y transporte” y en “el papel de los medios de comunicación, que han decidido cómo se debe difundir la conciencia de la crisis”. “La novedad, por lo tanto”, continúa, “es la extraña mezcla de conformismo y confusión inducida por las reacciones a la representación del peligro en la era de las sociedades hiperconectadas”, que sin embargo también son “hiperindividuales”. “La debilidad de la comunidad, que debería ofrecernos apoyo y protección en el peligro, nos deja expuestos a nuestras incertidumbres y vulnerabilidades”, asevera.
Hacia una posible vacuna
Por ello, es fundamental que la producción de un tratamiento o vacuna no caiga en la especulación de los mercados. “La investigación debe ser regulada para que no responda solo a intereses políticos y económicos (de unos pocos), sino que se pueda llevar a cabo con libertad y responsabilidad”, apunta. “Por esta razón, la financiación debe ser transparente y compartida, de modo que los beneficios también puedan distribuirse equitativamente”, insiste Paglia.
Además, tal como se defiende en el documento, Paglia ha explicado la relación entre el Covid-19 y la explotación de los recursos del planeta como uno de los aspectos de la interdependencia. “Los fenómenos perseguidos con intenciones específicas y particulares en el campo agrícola, industrial, turístico y logístico se suman y los efectos de cada uno se amplifican. La deforestación pone a los animales salvajes en contacto con hábitats humanos donde la ganadería intensiva somete al ganado a la lógica de la producción industrial”. Todo ello, como ha dicho el prelado, “facilita el salto de microorganismos patógenos de una especie a otra, hasta los humanos”.