“La aprobación del ingreso mínimo vital supone un paso decisivo en la lucha contra la pobreza severa”. Es el balance que hace el presidente de Cáritas Española, Manuel Bretón, sobre esta renta que está prevista que alcance más de 850.000 familias en riesgo de exclusión. Así lo manifestó esta mañana, durante un encuentro promovido por Nueva Economía Forum, en el que también participaron el arzobispo castrense Juan del Río, así como Manuel Pizarro, como miembro del Patronato de Cáritas.
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Bretón elogió la labor del ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá para sacar adelante la medida: “Nos ha echado una mano y hemos colaborado con él”. “Nuestro ‘pero’ a la medida es que tiene que ser complementario con fomentar el empleo, una vivienda y una enseñanza para los hijos de los más vulnerables”, apostilló.
Sobre la pandemia del coronavirus, apreció que “el ejemplo de solidaridad de nuestra sociedad ha sido impresionante”. A pesar de la emergencia social generada, el responsable de la entidad eclesial se muestra satisfecho con la generosidad de la ciudadanía, aunque advierte de que, antes o después, “los fondos se terminan”, por lo que reclamó no desfallecer.
Sin embargo, apuntó que el escenario “es desolador”. “Los descartados se han multiplicado a causa del coronavirus”, denunció, deteniéndose especialmente en “las condiciones infrahumanas que padecen los temporeros”. Desde ahí, reclamó que no cese esta ayuda para hacer posible que las 6.000 Cáritas parroquiales y las 70 diocesanas continúen siendo “seis mil puertas que se abren cada día, una capilaridad que pocas organizaciones pueden tener”. “Ojalá tuviéramos que cerrar Cáritas porque hemos dejado de ser necesarios, pero de momento no lo veo”. Fue el deseo expresado por el presidente de la organización eclesial, que insistió que “Cáritas es Iglesia”.
Por los migrantes
Bretón destacó cómo entre sus grandes preocupaciones se encuentra el dotar de derechos a los migrantes y de garantizar un acceso digno a la vivienda. “Una de cada cuatro familias de las que acompañamos, puede quedarse sin casa en poco tiempo”, alertó.
“Nuestra relación con el Gobierno central, con los autonómicos y con los ayuntamientos es encomiable, más que buena”, aseveró al ser preguntado por sus vínculos con las autoridades públicas. “Cuando nos han llamado en la Comisión de Reconstrucción, hemos estado. Cuando el alcalde de Madrid nos ha pedido formar parte de ‘Madrid futuro’ también hemos participado”.
El drama de los mayores
“El covid-19 ha entrado en las residencias como prácticamente en todas las del país”, explicó Bretón sobre la treintena de centros que gestiona Cáritas, “con daños importantes y fallecimientos entre residentes, voluntarios y trabajadores”. “No hemos podido hace mucho más de lo que hemos hecho”, admitió “con dolor”.
En su intervención, el arzobispo castrense, Juan del Río, subrayó que “la sociedad española es más sana de lo que podría pensarse, la solidaridad no se ha improvisado aunque se hayan improvisado iniciativas concretas”. Dentro de Cáritas castrense creó en mayo ‘El Granero de José’, un fondo que ya ha entregado más de 11.000 euros.
Por su parte, Manuel Pizarro verbalizó que “a todos nos gustaría que el estado del bienestar fuera mayor. Europa es el del mundo con mayores recursos para el estado del bienestar, pero siempre es insuficiente”. “Cáritas llega a todos los rincones”, elogió, subrayando además la existencia de un comité ético y financiero que analiza la procedencia de los fondos “para que no haya dinero no santo”.
