La Santa Sede no intervino en ningún momento durante la crisis catalana vinculada a la declaración unilateral de independencia de 2017 promovida por el entonces presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont. Ni antes ni durante ni después. Así lo ha podido confirmar Vida Nueva, a raíz del libro publicado por el político independentista ‘Me explico. De la investidura al exilio’, escrito a cuatro manos con al director de El Punt Avui, Xevi Xirgo.
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En el proyecto editorial, respaldado por Plaza y Janés, Puigdemont relata cómo fueron los días previos a la resolución, en los que insiste que fueron muchos los que le presionaron para que pusiera el freno. El ex presidente catalán huido en Bélgica describe incluso una propuesta de mediación del Obispo de Roma enviada por correo electrónico: “Soy Antoni Puigverd, columnista de La Vanguardia y gerundense. No hablo en mi nombre, sino como mensajero de personas de la sociedad catalana que están en condiciones de asegurar la propuesta de intermediación internacional. Concretamente, del Vaticano. Solo pedimos un margen de tiempo. Que no se precipite, por favor. Necesitamos un par o tres de semanas. El papa Francisco nos ayudará seguro”.
Interés político
Así pues, tal y como ha podido corroborar esta revista, Puigverd habría lanzado esta idea a Puigdemont de forma personal, pero bajo ningún concepto como emisario o portavoz de la Santa Sede. De esta manera, la vinculación del Papa con la crisis catalana respondería más a un deseo del escritor y del colectivo al que decía representar que a una realidad manifiesta.
“No hay ninguna duda de que Puigverd puso toda la carne en el asador para evitar lo que al final sucedió. No es precisamente una persona afín a Puigdemont, sino un catalán reconocido por su mesura que buscó hacer lo imposible para rebajar la tensión”, asegura una fuente cercana al caso, que sí admiten que por parte del independentismo sí hubo interés político por arrimar al Vaticano a su causa.