La fiscalía de Nantes anunciaba el pasado 20 de julio que se había procedido a la detención y posterior puesta en libertad del voluntario de la catedral encargado de cerrar las puertas como sospechoso de provocar el incendio que asoló la catedral de San Pedro y San Pablo el pasado día 18. En la madrugada de hoy, 26 de julio, el hombre, un refugiado ruandés que trabaja desde hace años en la Diócesis, ha confesado su autoría en los hechos.
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El fiscal de la República en Nantes, Pierre Sennès, ha explicado al diario Ouest-France que el hombre, de 39 años y llamado Emmanuel, “ha reconocido ante el juez haber encendido los tres focos del incendio de la catedral”. Tras la confesión, el voluntario ha sido detenido de nuevo de forma provisional, y acusado de “destrucciones y degradaciones por incendio”. Una vez se esclarezcan los hechos, podría ser condenado hasta a 10 años de prisión y una multa de 150.000 euros.
Daños materiales pero no estructurales
“Mi cliente ha cooperado”, ha dicho el abogado del detenido, Quentin Chabert, al diario Ouest-France. “Lamenta profundamente los hechos y hablar sobre ello ha sido para él una liberación”. Asimismo, ha subrayado que “está hoy atormentado por el remordimiento y superado por la envergadura que han tomado los acontecimientos”.
A pesar de que los bomberos encontraron tres focos diferentes del incendio, este no provocó daños graves en la estructura del templo. Sin embargo, si que tuvo como consecuencia importantes pérdidas materiales, ya que el gran órgano de la catedral quedó calcinado, así como el rosetón del siglo XV y un cuadro de Hippolyte Flandrin del siglo XIX.
