España

El duelo de diez obispos en los funerales del coronavirus: “Ni confinados por el miedo, ni atrevimientos insensatos”





Como el funeral del cardenal Juan José Omella en la Sagrada Familia de Barcelona, las distintas diócesis españolas han celebrado este fin de semana distintos sufragios por las víctimas de la pandemia, respondiendo a la propuesta de la Conferencia Episcopal Española a convocarlos en torno a las fiestas de Santiago Apóstol -patrón de España- y san Joaquín y santa Ana -los abuelos de Jesús-. Vida Nueva repasa algunos de los mensajes de duelo de los prelados españoles en estas eucaristías, aunque los rebrotes han provocado un nuevo aplazamiento en algunas regiones.



1. Ricardo Blázquez: Ni confinados por el miedo, ni atrevimientos insensatos

El cardenal arzobispo de Valladolid, Ricardo Blázquez, presidió la celebración en la catedral vallisoletana el día 25. En la celebración ha recordado a los ancianos que han sido “golpeados con con particular dureza” y ha elogiado al personal sanitario. La bondad y la capacidad de sacrificio de la gente es lo más destacado de esta pandemia que ha paralizado la vida pública, según el purpurado. Frente a la noche de la epidemia, Blázquez ha invitado a asumir una cierta dosis de riesgo huyendo del miedo y siguiendo las recomendaciones sanitarias: “Ni confinados por el miedo, ni atrevimientos insensatos”. En un momento en el que no se puede eliminar totalmente lo incierto, ha apelado a armonizar la seguridad y la confianza, el respeto a la realidad y la esperanza.

2. Ginés García Beltrán: “Dios nos ha acompañado”

El obispo de Getafe, Ginés García Beltrán, presidió el funeral de la diócesis en la tarde del sábado 25 de julio, en la Basílica Menor del Sagrado Corazón de Jesús en el Cerro de los Ángeles. Para el prelado, la pandemia nos ha paralizado, no sólo confinándonos en nuestras casas, sino por nuestra cerrazón del corazón y del entendimiento. Ha habido momentos en los que hasta nos ha flaqueado la esperanza y la fe”. Una situación en la que, para el obispo, “Dios se ha manifestado y nos ha acompañado”. “Sufrimiento y muerte forman parte de la vida y es un error en nuestra cultura querer maquillarlo u ocultarlo”, pero “a la luz de la fe, los cristianos podemos entender el sufrimiento, la fe nos hace comprender que la muerte no tiene la última palabra”.

3. Carlos Osoro: “No estamos solos”

El cardenal Carlos Osoro ha rezado en una eucaristía en la Almudena por los afectados de la pandemia: por los fallecidos en hospitales y residencias, por las familias que no pudieron despedir a sus seres queridos, por las personas en riesgo, por los profesionales sanitarios, por los ancianos, por quienes han perdido su trabajo… “No estamos solos, no. Dios nos ama. Dios nos guía. Dios nos abre caminos, nos abre horizontes. Sois hermanos y os he dado mi amor para que regaléis ese amor”, ha recordado el arzobispo de Madrid. Además, ha reivindicado a Cristo resucitado como “el gran valor” frente a las “formas estridentes de vacío y de desesperanza” y una “escala de valores que intenta imponerse en el mundo”, que pasa por el éxito, el poder y el dinero, pero “aliena, nos deja insatisfechos, no da felicidad”.

4. José María Gil Tamayo: “Esto solo podemos vencerlo juntos”

“Queridas familias, habéis sufrido no solo el desgarro de la muerte, de ser arrebatado alguien de vuestra carne y sangre. Sino que lo habéis sufrido además sin haber podido acompañarles en ese momento final de la vida, cuando más necesitamos y experimentamos nuestra dependencia de Dios y de los demás. Sin el auxilio de vuestras caricias, de vuestra cercanía”, con esta palabras confortó a las familias  José María Gil Tamayo, que presidió el funeral en la catedral de Ávila. “Tenemos que ser una piña, tenemos que estar unidos. No podemos tirar cada uno por un lado a reivindicar sus derechos o sus intereses. Esto sólo podemos vencerlo juntos”, señaló apuntando a los políticos. “Esta crisis tiene que reordenar nuestro disco personal de preferencias. Tiene que poner en primer lugar el bien común, de servicio público. Ahora se le llama el interés general. Pero ese interés general no debe ser en ningún caso partidista. No es moral quien se aprovecha de las contrariedades para intereses políticos o para la imposición ideológica”, añadió.

5. Carlos López: “Luz y fuerza para asumir la fragilidad”

La catedral de Salamanca ha acogido un funeral el sábado por todas las víctimas de la pandemia y otro el domingo para rezar por los los 10 sacerdotes fallecidos durante el estado de alarma. Para el obispo, Carlos López –que estuvo ingresado en el hospital durante la pandemia–, el coronavirus “nos ha obligado a vivir con especial intensidad la experiencia de la fragilidad de la existencia humana, y a contar con la muerte como dimensión esencial de nuestra condición”. Así, destacó, la muerte “no es un simple problema técnico, sino un profundo hecho humano que es preciso aprender a vivir e integrar con plena consciencia y libertad en la existencia personal”. Por ello presentó el evangelio como “luz y fuerza para comprender y asumir la fragilidad y la condición mortal con serena y gozosa esperanza y con la libertad que nace de la experiencia del amor de Dios”.

6. Carlos Escribano: “Entrega fraternal frente a la pandemia

La concatedral de La Redonda acogió un funeral por las víctimas del coronavirus de la Diócesis de Calahorra y La Calzada-Logroño. La celebración estuvo presidida por el obispo Carlos Escribano quien pidió “entrega fraternal” ante la crisis social y económica provocada por la pandemia y el confinamiento. Recordó de forma especial a “los 366 fallecidos en La Rioja” y demandó “protección para nuestros mayores y para todos los riojanos para salir de esta crisis tan dolorosa”. “Hemos podido contemplar, con gran dolor, cómo los más afectados por este virus han sido los mayores, falleciendo un gran número de ellos en residencias, hospitales o en sus propios domicilios”, añadió. “También nuestros mayores, debido a las circunstancias tan excepcionales, son los que más han sufrido el drama de la soledad y la distancia de sus seres queridos”, recordó.

7. Francisco Gil Hellín: “Incontables heridas abiertas

“Sin besos ni abrazos de consuelo, sin haber podido elegir la ropa para su sepultura se han ido en silencio. Nunca hubiéramos pensado que la triste noticia de la muerte de un ser amado hubiera podido ser tan triste, dejándonos solo con lágrimas y suspiros de impotencia. Así de cruel ha sido la muerte en tiempos de coronavirus, así de inhumana y brutal se ha presentado la fría muerte, negándole al que permanece el calor de la compañía y un hombro para llorar”. Así narraba la situación el arzobispo emérito de Burgos, Francisco Gil Hellín, que ha presidido el funeral, el pasado 22 de julio, de la diócesis de Cartagena en sustitución de José Manuel Lorca Planes, que ha estado en cuarentena hasta que ha obtenido una prueba negativa de coronavirus. 151 muertos han estado presentes en una celebración por “incontables las heridas abiertas en el mundo e innumerables los suspiros por las 151 llagas que quedarán grabadas en el color carmesí de nuestra bandera regional”.

8. Mario Iceta: “Tiempo para la generosidad

El obispo de Bilbao, Mario Iceta, presidió el sábado, en la catedral de Santiago, la eucaristía por las víctimas de la pandemia, junto al obispo auxiliar,  Joseba Segura. El obispo, en su homilía, ha tenido palabras para tantas personas, familias, personal sanitario, instituciones…, que se han volcado sin reservas incluso a riesgo de sus propias vidas para ayudar a los demás, en este tiempo duro de pandemia, también de parte de la Iglesia: las comunidades, asociaciones, voluntariado… Cada uno en vuestro ámbito habéis sido sembradores de vida y habéis mostrado el auténtico rostro de la entrega generosa. Os manifestamos, de corazón nuestro agradecimiento y admiración. Tenemos que ayudar a quienes se han visto más golpeados por la pandemia. La Iglesia quiere ofrecer lo que es y lo que tiene en esta pandemia, es tiempo para la magnanimidad y la generosidad, el esfuerzo y la constancia superando intereses particulares en beneficio del bien común, concluyó.

9. Sebastià Taltavull: “Queremos estar a vuestro lado

Las tres diócesis de Mallorca han apostado por un funeral conjunto. La catedral de Mallorca se ha llenado, siguiendo las medidas de seguridad por la pandemia. El obispo de Mallorca, Sebastià Taltavull, ha presidido la eucaristía, con la presencia del obispo de Menorca, Francesc Conesa, y el administrador diocesano de Ibiza, Vicente Ribas. “Tenemos la sensación de que han muerto demasiadas personas y ha sido especialmente dura la soledad en la que han muerto muchos de ellos y el desconsuelo que han dejado en sus familiares”, ha señalado Taltavull ante este “último adiós comunitario a todas las personas que han muerto a raíz de la COVID-19 y a quienes han muerto por otras causas en este tiempo y que fueron enterrados casi en soledad”. “Ojalá aprovechemos este tiempo para crecer como personas y como sociedad”, ha señalado a la vez que ha prometido a los familiares de las víctimas: “Queremos estar a vuestro lado y acompañaros”.

10. Gerardo Melgar: “Sobrellevar el dolor con esperanza

El sábado, 25 de julio, la catedral de Ciudad Real acogió el funeral presidido por el obispo de la diócesis Gerardo Melgar. Ha rezado por los fallecidos a causa de la pandemia, por sus familiares, y para dar gracias a Dios por tantas buenas personas como han ofrecido su servicio entregado a toda la sociedad. Para el obispo, las circunstancias han sido muy difíciles “porque murieron en la más tristes de las soledades, sin vuestra compañía, y no les habéis podido demostrar con vuestro acompañamiento vuestro cariño y apoyo en estos últimos momentos y como sus seres más queridos”. Además, agradeció “a tantas personas que nos han ayudado a todos a sobrellevar nuestro dolor con esperanza” y ha pedido por los mayores y por las residencias de ancianos y para que los responsables de las decisiones se vean iluminados por el Señor para que “por encima de ideologías y partidismos busquen, ante todo y sobre todo, el bien común”.

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